Ángela cuidando a un perro. FOTO: JUAN CARLOS TORO.
Ángela cuidando a un perro. FOTO: JUAN CARLOS TORO.

Ángela volvió de trabajar dos años en Irlanda y se topó con un panorama desolador. Con la crisis bien asentada, lo tenía bastante difícil para encontrar trabajo de lo suyo. Es bióloga, especializada en zoología. "De eso aquí hay poca cosa", cuenta. Así que se dijo: "Si no es con animales silvestres, pues con animales domésticos". Y empezó a darle forma a una idea que le rondaba la cabeza desde que volvió de la tierra de San Patricio.

Allí había visto que muchas empresas se dedicaban al cuidado de mascotas a domicilio. Esto es, que los dueños que no podían hacerse cargo durante un periodo de tiempo, por estar de vacaciones o encontrarse fuera de casa, contrataban los servicios de un cuidador que se encargara de su mascota durante su ausencia.

Fue hace tres años cuando comenzó a rodar, nunca mejor dicho, la idea de Ángela. Pero antes tuvo que formarse. Hizo cursos de peluquería canina, de adiestramiento, se sacó el título de técnico veterinario y comenzó a darle forma a lo que hoy día es Mejor en casa, un servicio de peluquería canina que también baña, pasea, adiestra o cura mascotas. ¿Su sede? La calle. Se compró una furgoneta y equipó la parte trasera para realizar todos estos servicios. Cualquier plaza de aparcamiento es buena para ejercer su profesión. La encontramos cerca de Hipercor, en la calle Aldebarán, pelando a Ágora, una pequeña perra schnauzer que apenas se mueve ni se queja mientras Ángela termina de arreglarla. "No todos los clientes son así de buenos", dice. La pela en la parte trasera de la furgoneta montada en una camilla mientras la observa Vanesa, su ayudante ("la becaria", bromea), a la que está enseñando para que, en un futuro, se ocupe de pelar y bañar.

El hecho de que su sede sea su furgoneta hace que tenga clientes de toda la provincia. El Puerto, Rota, Puerto Real, Chipiona, Sanlúcar y hasta a El Cuervo ha llegado a ir. "Incluso de la Sierra", cuenta, "de algún campo en el que hay muchos perros y he echado allí el día entero". Aunque gran parte de su clientela procede de la Base de Rota. Estar dos años en Irlanda perfeccionando su inglés le ha servido a Ángela, al menos, para aplicarlo en su negocio. Se anunció en un periódico y así consiguió a los primeros americanos interesados en contratar sus servicios, aunque confiesa que no le ha hecho falta invertir mucho en publicidad. Se ha servido del boca a boca. "Al principio me hice mis tarjetas e iba buzoneando, dándoselas a la gente por la calle y en San Antón me iba al parque a repartir también". Pero poco más. Ahora no le va mal. "No me puedo quejar".

Parte del instrumental de Ángela. FOTO: JUAN CARLOS TORO.

Aunque claro, tiene unas fechas mejores que otras. "Verano y Navidad son dos fechas en las que tengo más clientes", explica, ya que son periodos que muchos aprovechan para hacer alguna escapada y dejan a las mascotas solas en casa. La peluquería canina tiene su boom en verano, cuando muchos dueños pelan a sus mascotas "para estar más fresquitas". Aunque la mayoría de animales que atiende son perros, también han pasado por sus manos gatos, conejos, cobayas o cacatúas. "Me traen loros para que le corte las uñas", dice.

También pasea y cuida de las mascotas mientras sus dueños están fuera de casa. "Hay gente que tiene bebés, están solas y no pueden sacar al perro, pues yo me encargo. O que se van un fin de semana fuera y me encargo de su comida, su agua, su paseo, les mando fotos y vídeos de la visita...", cuenta Ángela. En su página de Facebook va subiendo fotos de los encargos que reciben. Bolo, Yuca, Nono, Robin, Henry, Lucy... todos han pasado por sus manos y aparecen retratados en la web de Zuckerberg. Llega la dueña de Ágora. "¡Qué guapa!", exclama al verla. "Y qué bien se ha portado", le dice Vanesa. Tras cobrarle, Ángela y su ayudante salen pitando. "Aunque hoy vamos con tiempo". Pero no siempre suele ser así. "En este trabajo ser puntual no depende de ti, porque si te toca un perro nervioso, que se mueve mucho, en vez de una hora echo una hora y media o dos en pelarlo", cuenta Ángela. El siguiente destino en San Miguel. Allí les espera otro perro para terminar el día.

Sobre el autor:

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Francisco Romero

Licenciado en Periodismo por la Universidad de Sevilla. Antes de terminar la carrera, empecé mi trayectoria, primero como becario y luego en plantilla, en Diario de Jerez. Con 25 años participé en la fundación de un periódico, El Independiente de Cádiz, que a pesar de su corta trayectoria obtuvo el Premio Andalucía de Periodismo en 2014 por la gran calidad de su suplemento dominical. Desde 2014 escribo en lavozdelsur.es, un periódico digital andaluz del que formé parte de su fundación, en el que ahora ejerzo de subdirector. En 2019 obtuve una mención especial del Premio Cádiz de Periodismo, y en 2023 un accésit del Premio Nacional de Periodismo Juan Andrés García de la Asociación de la Prensa de Jerez.

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