La imagen de la Virgen del Amparo, venerada en la Real Parroquia de Santa María Magdalena de Sevilla, será coronada canónicamente el próximo 8 de noviembre de 2026. Así lo ha anunciado el delegado diocesano de Hermandades y Cofradías, Marcelino Manzano, al término de una misa solemne en honor del Inmaculado Corazón de María celebrada en dicho templo.
La ceremonia estará presidida por el arzobispo de Sevilla, monseñor José Ángel Saiz Meneses, y se desarrollará durante la función principal de instituto de la Hermandad del Amparo, que tiene su sede en esta céntrica parroquia sevillana.
Coronación con sabor a historia
El expediente para esta coronación se abrió en noviembre de 2024 en el Arzobispado de Sevilla y fue refrendado oficialmente por la hermandad en su cabildo general del pasado enero de 2025.
La Virgen y el Niño Jesús serán coronados con sus primitivas coronas de plata dorada, piezas que datan del siglo XVIII. No obstante, las coronas serán enriquecidas con una base de oro ofrecido por sus propios devotos, un gesto que suma aún más valor simbólico y emocional a esta futura ceremonia.
Una coronación con dimensión solidaria
Como parte del acto de coronación canónica, se ha previsto una obra social que llevará el nombre de Regina Mundi, vinculada a la institución benéfica del Sagrado Corazón de Jesús, con sede junto al monumento a los Sagrados Corazones en San Juan de Aznalfarache. Esta vertiente solidaria otorga al acontecimiento una proyección más allá de lo estrictamente religioso.
La imagen de la Virgen del Amparo, una talla completa del siglo XVI, es obra del reconocido escultor flamenco Roque de Balduque, realizada hacia el año 1555. Desde entonces, ha sido objeto de devoción constante por parte de la feligresía sevillana.
La Hermandad del Amparo fue fundada con el impulso del clero de la parroquia para canalizar la creciente devoción y demanda de cultos. Sus primeras reglas fueron aprobadas el 18 de diciembre de 1736, consolidando así su papel en la vida religiosa local.
Uno de los hitos más recordados en su historia ocurrió tras el terremoto de Lisboa de 1755, cuando los fieles atribuyeron a la Virgen del Amparo el hecho de que no se produjeran víctimas ni daños relevantes en su feligresía. A raíz de este suceso, comenzó a procesionar por las calles de la Magdalena como patrona y protectora.
Desde 1848, la imagen ocupa un lugar preeminente en la capilla cabecera de la nave del Evangelio del antiguo convento dominico de San Pablo, actual sede de la parroquia de la Magdalena. La hermandad, dirigida actualmente por la hermana mayor Paquibel Ruiz, tiene como director espiritual al párroco Francisco Román, y realiza su procesión anual el segundo domingo de noviembre.


