Dos yeguas sevillanas vivirán a partir de ahora en la residencia veraniega del Papa, en Castel Gandolfo, para formar parte del proyecto ecológico ‘Laudato Sí’. Se trata de un espacio de 55 hectáreas que el Vaticano ha destinado a iniciativas de sostenibilidad y que ha sido impulsado bajo los principios recogidos en la encíclica del mismo nombre.
La idea fue concebida durante el pontificado de Francisco, con el objetivo de combinar formación, inclusión social y cuidado del medioambiente. La enfermedad y posterior fallecimiento del pontífice obligaron a interrumpir la iniciativa, que finalmente fue inaugurada el pasado 5 de septiembre por León XIV, encargado de continuar el legado de su predecesor.
Las protagonistas de esta aportación sevillana son Japonesa y Jónica, dos yeguas castañas de pura raza española procedentes del municipio de Fuentes de Andalucía y adquiridas a la Yeguada José Luis de la Escalera. A estos animales se suma un caballo, llamado Saleroso, que también ha sido enviado a la finca pontificia. Para sus responsables, la presencia de ejemplares de su ganadería en este espacio supone un reconocimiento al trabajo realizado en la cría y selección de caballos de esta raza.
El proyecto
El proyecto ‘Laudato Sí’ incluye, además de la granja pontificia, un centro orientado a la formación de niños, jóvenes, migrantes y empresarios. La finca abrirá sus puertas a colectivos educativos y se estima que pueda recibir en torno a 250.000 visitantes cada año. El enclave también integra 35 hectáreas de jardines históricos y monumentales, donde se conservan restos arqueológicos de villas romanas atribuidas al emperador Domiciano. Su propósito es convertirse en un modelo de ecología integrada y economía circular en un entorno de valor cultural y natural.
El propietario de la yeguada, José Luis de la Escalera, tuvo la oportunidad de saludar al Papa en la audiencia general celebrada el 3 de septiembre en la Plaza de San Pedro. Según la Archidiócesis de Sevilla, la familia ha expresado su orgullo por la presencia de sus caballos en la villa pontificia, mientras que León XIV mostró interés y compromiso en el cuidado de los animales, destacando su importancia en el conjunto del proyecto.
