El Tranvibús de Sevilla, estrenado este lunes, ha comenzado a funcionar pero deja muchas dudas. En su estreno, no ha sido la alternativa rápida y moderna al transporte público tradicional y en el primer día tardó lo mismo que un autobús convencional, y el doble del tiempo prometido en los estudios.
El usuario @ElCleoRender desgrana en un vídeo cómo no tuvo al menos en ese primer día la prioridad semafórica, y que en un caso llega hasta a obligar a detenerse cuatro minutos en algunos cruces. Uno de los testimonios más comentados ironizaba: “Aquí tenéis casi 4 minutos de PRIORIDAD SEMAFÓRICA”, dice con ironía. Otros lo rebautizaron como “Trampibús”, subrayando que circula por la avenida de Pero Mingo junto al resto de coches por Torreblanca, atrapado en los mismos atascos y giros de glorieta.
“He tardado casi 45 minutos, casi el doble de lo prometido”, denunciaba un usuario, que calificaba el proyecto de “parche político” de 20 millones de euros. Otro comentario apuntaba que, si simplemente se hubiera habilitado un carril bus exclusivo con sanciones efectivas contra el aparcamiento indebido, “se habría ahorrado la obra”.
Quejas del PSOE
Mientras tanto, el PSOE de Sevilla ha cargado contra el alcalde José Luis Sanz (PP), acusándolo de acudir a la inauguración “solo para hacerse la foto”. Según los socialistas, la línea —ideada durante su mandato— comenzó a operar con obras sin terminar, farolas de obra, paradas a medio acabar y una frecuencia real de 12 a 15 minutos, muy lejos de los cinco anunciados en hora punta.
El concejal Juan Tomás de Aragón fue contundente: “Sanz se preocupa más por la propaganda que por garantizar un servicio eficaz”. Además, recordó que el ahora alcalde tachaba este proyecto de “despilfarro” cuando era candidato.
El PSOE insiste en que el Tranvibús solo debería ser un paso intermedio hacia la Línea 2 del Metro, a la que consideran la auténtica solución. “¿Cuándo vamos a escuchar al alcalde exigir a la Junta que agilice de una vez las obras del Metro? Sevilla no puede seguir esperando”, reclamó De Aragón.
Por su parte, desde el Ayuntamiento se defendió el proyecto, destacando que facilitará la movilidad en el Distrito Este. Pero parece que no puede silenciarse que tras mucha expectación, no hay más que polémica. Un proyecto que heredó el gobierno pero que parece claro que nunca creyó verdaderamente en él.