Cuatro años y cinco meses después del fallecimiento de monseñor Juan del Río Martín, la Universidad de Sevilla ha querido rendir un sentido homenaje al que fuera segundo obispo de Jerez y arzobispo castrense. Fallecido a causa del COVID-19, su legado intelectual y pastoral ha quedado sellado con la creación de una cátedra universitaria que lleva su nombre, en reconocimiento a su labor durante más de una década en favor del diálogo entre fe y cultura.
Esta iniciativa, que cristaliza en la Cátedra Arzobispo Juan del Río Martín, ha logrado unir voluntades de distintos sectores: desde hermandades y empresas, hasta instituciones y ciudadanos de territorios ligados a su vida, como Sevilla, Jerez, Madrid, Almonte, Pilas y su Ayamonte natal. Durante trece años, Del Río dejó una profunda huella entre alumnos y profesores, promoviendo espacios de pensamiento abierto y transversal.
Un espacio pionero en la universidad pública
Como explicó su sobrino y uno de los impulsores de la iniciativa, Juan Jesús Martín, profesor en la Universidad de Sevilla, esta es probablemente “la primera cátedra universitaria en España con el nombre de un arzobispo en una universidad pública”. El proyecto nace con el objetivo de ser un espacio permanente de reflexión sobre cómo la fe y la cultura dialogan en un mundo complejo y cambiante.
La presentación de la cátedra contó con la participación institucional del director del Secretariado de Relaciones Institucionales, Andrés Luque, en representación del rector de la Hispalense. La cátedra también está en sintonía con el Servicio de Asistencia Religiosa (SARUS), organismo universitario al que don Juan contribuyó de manera decisiva en su fundación y consolidación.
La biblioteca personal del arzobispo, al servicio académico
Junto a la cátedra, la universidad ha creado un fondo bibliográfico con el nombre del prelado, compuesto por los 2.447 volúmenes de su biblioteca personal. En su mayoría, se trata de libros de temática teológica, ya disponibles para los usuarios de la red bibliotecaria universitaria. Esta colección supone una aportación de enorme valor al patrimonio intelectual de la institución.
Durante el acto, Juan Jesús Martín recordó con emoción la vocación formadora de su tío, a quien definió como un hombre entregado a fomentar vocaciones sacerdotales y laicas. En la misma línea, Federico Mantaras, antiguo vicario general de la Diócesis de Jerez, subrayó que don Juan “sabía que para vivir bien había que creer bien”, y siempre insistió en que fieles y sacerdotes estuvieran bien formados para “dar razón de nuestra fe en este mundo difícil”.
La clausura del acto estuvo cargada de simbolismo y emoción. En el discurso final, su sobrino recordó una frase recurrente del prelado: “Niño, cuando yo me vaya nadie se acordará de mí”. La nutrida asistencia en la estancia más noble de la universidad fue la prueba palpable de que don Juan estaba equivocado.
“Te seguimos echando de menos”, dijo Martín entre aplausos. “Todos aquellos que, en estos años, cuando hemos cerrado los ojos y hemos necesitado unas palabras, una sonrisa o un consejo, hemos sentido tu ausencia. Y la seguimos sintiendo cada día”.