Las miradas de buena parte del planeta se fijaron este jueves en la gala de los Premios Grammy Latinos. Entre la audiencia de la gala, especialmente vista entre la comunidad hispanohablante, y los países latinoamericanos que pudieron ver al menos una parte del evento, había millones de personas. Y no solo para verla en directo, sino a través de referencias en programas informativos y noticias de todo el mundo.
Si bien este tipo de impactos no son fáciles de medir, lo cierto es que la Junta, principal artífice de la llegada de los premios a la ciudad, tiene esperanzas para captar a un nuevo turismo, sobre todo aquellos que realizan mayor gasto, frente al modelo de turismo 'mochilero' de pisos de alquiler, con un impacto económico menor.
Y la gala sirvió para mostrar vídeos de las ocho provincias, enseñando el rico patrimonio cultural y natural de Andalucía. Mayor protagonismo tuvo Sevilla, con un pequeño spot que se repitió en varias ocasiones donde se mostraban algunos edificios emblemáticos.
Sin embargo, se da una situación algo paradójica. Uno de los símbolos de Sevilla es la Giralda. Quizás, la torre más querida por los sevillanos, un emblema de la ciudad. Una torre sobre una Catedral, junto a un Archivo de Indias y de todo un Alcázar. Este conjunto es Patrimonio de la Unisco, perteneciendo a una lista donde en España hay otros elementos que se han ido incorporando. Sin embargo, este punto de Sevilla está protegido y reconocido mundialmente dese 1987, uno de los primeros en entrar en la lista.
Y los vídeos promocionales de Sevilla en los Grammy llevaban otros puntos por ser también de los más bonitos de la ciudad. La paradoja está en que Sevilla presume de más sitios que del conjunto alrededor de La Giralda. Al menos tres ubicaciones son, quizás, merecedoras del reconocimiento de la Unesco, porque además los visitantes quedan impresionados con esos lugares. Tanto o más que con La Giralda.
El primero de esos puntos que no son Patrimonio de la Unesco es la plaza de España y el conjunto de construcciones de la Expo del 29. Es un gran ejemplo del regionalismo andaluz, una corriente donde destaca Aníbal González. Es evidente la influencia modernista, pero tiene reminiscencias del patrimonio que dejaron las culturas que pasaron por Andalucía. Es uno de los sitios obligados a conocer en una visita a Sevilla, una plaza monumental rodeada de edificios del mismo estilo. Su reconocimiento sería también un homenaje a toda una corriente arquitectónica propia de Andalucía.
El segundo de esos puntos es la Torre del Oro, que no está incluida en el conjunto de La Giralda. Por su cercanía y por su ubicación junto al río, además de las muchas historias que atesora, esta torre bien merece ser incluida al menos dentro de la lista de Patrimonio de la Unesco a través de La Giralda, si no lo logra de forma autónoma.
El tercer punto son las ruinas de Itálica, en Santiponce, pero también muy cerca de Sevilla capital. Este espacio es una de las mejores formas de conocer la arquitectura de la época del Imperio Romano. Los emperadores Adriano y Trajano fueron quienes dotaron de mayor esplendor y reconocimiento jurídico a esta urbe, que comenzó siendo un asentamiento militar durante las guerras púnicas.
Desde el Ayuntamiento de Sevilla ha habido numerosos intentos por lograr que al menos la plaza de España sea incluida en la lista del Patrimonio, pero apenas se ha logrado debido a problemas burocráticos. Durante una época, entre los años 90 e inicios de los 2000, muchos ayuntamientos en España centraban sus esfuerzos por lograr ampliar los reconocimientos mundiales a su patrimonio, una especie de 'fiebre' que fue calmándose con los años. Sin embargo, no está de más pensar de nuevo en estas tres ubicaciones para reconocer a Sevilla su gran riqueza cultural.
No hay que olvidar otros elementos en Sevilla que podrían merecer la protección de la Unesco. La Casa de Pilatos, por ejemplo, es uno de esos casos, además de otras ubicaciones muy cerca de Sevilla capital.