Los 'superhéroes' del Hospital El Tomillar: así luchan los profesionales contra el miedo y la ansiedad de los pequeños

Más de mil menores se han beneficiado de la humanización pediátrica puesta en marcha en la Unidad de Cirugía Mayor Ambulatoria

Profesionales del Hospital El Tomillar humanizando la atención a los pacientes más pequeños.
08 de julio de 2025 a las 10:10h

Cerca de 1.000 menores al año se han beneficiado de la nueva intervención en materia de humanización pediátrica puesta en marcha en la Unidad de Cirugía Mayor Ambulatoria (CMA) del Hospital El Tomillar, perteneciente al servicio de Anestesiología y Reanimación del Área de Gestión Sanitaria Sur de Sevilla. El proyecto ha transformado el box pediátrico en un entorno diseñado para generar tranquilidad, con una decoración adaptada a la infancia, colores suaves, juegos y personajes como Tomillín y Tomillina, que acompañan a los niños en su experiencia hospitalaria.

La iniciativa busca ofrecer una atención médica más cálida y cercana. “Así hacemos que en la experiencia quirúrgica se reduzca el miedo y la ansiedad”, explican desde el centro, subrayando que el objetivo es lograr un espacio donde la infancia se sienta segura antes, durante y después de una intervención quirúrgica.

Profesionales convertidos en superhéroes

Una de las claves del proyecto está en el compromiso del equipo sanitario, que no ha dudado en disfrazarse de superhéroes para acompañar a los menores durante los procedimientos médicos. Esta medida, según destacan desde el Área de Gestión Sanitaria Sur de Sevilla, pretende generar confianza en los pequeños pacientes y contribuir a que el proceso hospitalario resulte menos traumático. "Damos las gracias al compromiso de los profesionales por su empatía en el trato cercano y en su conversión cariñosa en superhéroes", han afirmado.

Una imagen de la gran iniciativa en el Hospital El Tomillar.

La ambientación del espacio ha sido posible gracias a la colaboración altruista de Beatriz Morilla, diseñadora gráfica nazarena, cuya intervención ha sido clave para dotar al box pediátrico de una atmósfera visual estimulante, acogedora y pensada desde la mirada de un niño. La implicación de voluntarios y especialistas en diseño ha permitido convertir el box quirúrgico en un lugar donde el juego y la imaginación también tienen cabida.

Además, las familias forman parte activa del proceso, acompañando a los menores y participando en el entorno creado. Los niños, por su parte, reciben diplomas y premios por su valentía, un gesto que refuerza su autoestima tras el paso por el quirófano. Esta implicación conjunta, según apuntan desde el hospital, ha generado una respuesta muy positiva tanto en pacientes como en familiares.

El modelo impulsado por el CMA del Hospital El Tomillar se enmarca dentro de una tendencia creciente en la sanidad pública andaluza que apuesta por una atención más humanizada, especialmente en el ámbito pediátrico. La experiencia obtenida en este centro podría servir como referencia para la implantación de iniciativas similares en otros hospitales del sistema sanitario.

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Rubén Guerrero

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