Durante la última sesión de la Comisión de Control y Fiscalización del Ayuntamiento de Sevilla, celebrada este viernes, se produjo un debate entre el grupo municipal de Podemos-IU y el equipo de gobierno del Partido Popular en torno al futuro del carril bici en la avenida de la Constitución. El portavoz de Podemos-IU, Ismael Sánchez (IU), ha acusado al Ejecutivo local de promover una involución en la movilidad urbana al eliminar este tramo de la red ciclista en una de las principales vías del centro histórico.
Sánchez ha solicitado explicaciones sobre los criterios técnicos, medioambientales y de seguridad en los que se basa el gobierno municipal para suprimir el carril bici, y preguntó si existen medidas alternativas que garanticen la continuidad de la red ciclista en la zona. A su juicio, esta decisión rompe la coherencia del trazado ciclista en el casco antiguo y representa un retroceso grave e injustificado en materia de movilidad sostenible.
Desde el equipo de gobierno, el concejal de Urbanismo, Juan de la Rosa, ha argumentado que la medida se enmarca en una reordenación del espacio público que busca priorizar al peatón. Según explicó, el diseño actual de la avenida presenta carencias significativas en cuanto a accesibilidad y señalización, especialmente en los cruces con el tranvía, lo que genera situaciones de inseguridad para los viandantes.
Un problema para la seguridad
De la Rosa ha defendido que la avenida de la Constitución debe configurarse como un espacio eminentemente peatonal, dado su alto nivel de concurrencia y el riesgo que, según indicó, implica el actual reparto de usos. En este contexto, ha afirmado que la intervención proyectada permitirá mejorar la seguridad peatonal y cumplir con las normativas vigentes en materia de accesibilidad urbana.
La controversia refleja visiones contrapuestas sobre el modelo de ciudad que se quiere impulsar desde el consistorio. Mientras el gobierno local insiste en una transformación orientada a la peatonalización, la oposición de izquierda teme que estas actuaciones respondan a un proceso de turistificación creciente, en el que se prime la instalación de veladores y el uso comercial del espacio público en detrimento de una movilidad sostenible e inclusiva.