La Consejería de Salud y Consumo, a través de la Dirección General de Salud Pública y Ordenación Farmacéutica, ha confirmado un caso de fiebre hemorrágica Crimea-Congo (FHCC) tras recibir los análisis del Centro Nacional de Microbiología. Se trata de un varón de 46 años, vecino de Sevilla, que presenta síntomas desde el 31 de julio y que continúa "clínicamente estable" e ingresado en la Unidad de Aislamiento de Alto Nivel del Hospital Universitario Virgen del Rocío.
Desde el jueves, según informa la Consejería, se iniciaron las actuaciones pertinentes para la identificación de posibles contactos de la persona afectada, y seguimiento si fuera necesario, así como actuaciones relacionadas con el vector transmisor de la enfermedad.
Esta enfermedad la provoca un virus transmitido por la picadura de una garrapata infectada, o por contacto con sangre y tejidos de ganado infectado. La transmisión del virus de persona a persona es infrecuente, ya que es necesario que haya contacto directo con fluidos o secreciones de pacientes sintomáticos.
Los síntomas habituales son fiebre de instauración brusca, dolor de cabeza, mialgias y mareos, y la duración es de unos cuatro o cinco días. También pueden aparecer otros síntomas como diarrea, náuseas o vómitos, así como enrojecimiento de cara, cuello o tórax, congestión ocular o conjuntivitis.
La duración del periodo de incubación depende del modo de contagio y de la carga viral. Después de la picadura de la garrapata, la fase de incubación es generalmente de uno a tres días, con un máximo de nueve. El periodo de incubación tras el contacto con sangre o tejidos infectados es normalmente de cinco o seis días, con un máximo documentado de 13 días.
La Consejería de Salud y Consumo ha hecho un llamamiento a la calma y ha recordado a la ciudadanía las medidas de autoprotección respecto a la transmisión por medio de garrapatas y las formas de protegerse de sus picaduras. Así, se recomienda vestir con camisas de manga larga y pantalones largos, reducir el tiempo de permanencia en los espacios potencialmente infectados de garrapatas y caminar si es posible por la zona central de los caminos para evitar el contacto con la vegetación. También se recomienda evitar sentarse directamente en el suelo en las zonas con vegetación.
Al finalizar la salida al campo, la Junta aconseja revisar bien todo el cuerpo para detectar la presencia de alguna garrapata. Es importante prestar atención a las axilas, ingles, cabello, ombligo, zona posterior de las orejas y alrededor de la cintura, donde suelen engancharse.
Si pese a todas las medidas anteriores se produce una picadura de este insecto, esta se deberá eliminar lo antes posible siguiendo las siguientes recomendaciones: se debe prestar atención o cubrirse las manos cuando se eliminen las garrapatas; no se deben usar aceites u otros líquidos sobre la garrapata, y se debe realizar una extracción adecuada de toda garrapata fijada, siempre mediante tracción con una pinza de borde romo.
Se debe sujetar con una pinza de boca estrecha a la garrapata, agarrándola por la cabeza, y se ejercerá una tracción, nunca brusca, en la misma dirección de su implantación, hasta conseguir su extracción.
Después de retirarla, hay que lavarse las manos y la zona donde estaba prendida la garrapata.
Una vez extraída la garrapata, si sigue viva, debe garantizar su eliminación segura, sumergiéndola en alcohol y metiéndola en una bolsa o contenedor hermético para eliminarla. Nunca se aplastará con los dedos, ya que puede ser fuente de contaminación.
