Una mano firme en el grifo, otra sujetando un vaso inclinado y ya está. Se supone que con eso es suficiente para tirar una cerveza, pero no todo el mundo sabe hacer y, de los que saben, no todos lo hacen igual de bien. Esta bebida sigue siendo la más demandada en Andalucía y, como no podía ser de otra forma, también en su capital. En Sevilla, además, por razones evidentes, la temperatura del barril tiene que ser más fría que en otras zonas de la comunidad.
Tirar la cerveza es un arte y, como tal, recientemente en la capital hispalense han querido ver quién es el trabajador o trabajadora de la hostelería que mejor lo domina. Tras varias pruebas, la vencedora del certamen que se celebró en el Bar Moraleja de Nervión fue, precisamente, la encargada de dicho bar. Un triunfo que, eso sí, no tiene ni trampa ni cartón y fue por méritos propios.

Lo más llamativo es que Gema Mora tiene tan sólo 23 años, aunque lleva desde los 18 en el sector, cuando comenzó en su pueblo de Palos de la Frontera, más concretamente en Mazagón. "Cuando dejé de estudiar me metí en la hostelería. Estuve en un bar de copas dos veranos y me vine a Sevilla con 19 años porque en mi pueblo veía que estaba un poco estancada".
Aprovechó que su hermano vivía en Sevilla para mudarse y, desde entonces, ha pisado varios bares antes de acabar en el Bar Moraleja. Su llegada a la hostelería no estaba predestinada, pero tampoco fue casualidad. "Siempre me ha llamado la atención porque soy alguien muy inquieta. Mi hermana había trabajado en los mismos bares en los que yo estuve, iba mucho con ella. También es cierto que en la hostelería es más fácil entrar que en otros sectores si no tienes experiencia", apunta sobre sus inicios.

A pesar de su juventud, Gema ya ha pisado casi todos los tipos de negocios hosteleros que se pueden pisar. Desde los desayunos hasta restaurantes pasando por cervecerías. "En unos sitios aprendes unas cosas y en otros otras", apunta. Este aprendizaje le ha llevado a ser encargada de un negocio con tan solo 23 años. "Trabajando he conseguido que confíen en mí", dice. Aunque es un mundo duro, tiene claro que la mayor cualidad que se puede tener es "ser resolutivo". "Hay muchos puntos de agobio y no puedes quedarte parado. Para mí es más importante una persona resolutiva que una con experiencia".
El reconocimiento a la mejor tiradora de cerveza
Sevilla no es una ciudad cualquiera para ser reconocida como la mejor tiradora de cerveza. Es un lugar donde se bebe mucho y, además, donde hay muchos bares. Un doble reconocimiento. Pero no hay secretos. "Yo aprendí a base de tirar muchísima cerveza y muchísimos tipos de cerveza", asegura.
En una noche puede tirar 300 'cortaitas' en apenas dos horas, una continuidad que le permite que en una tanda de diez sean todas exactamente iguales. "Eso te lo da la experiencia". Gema da algunos tips para aquel que quiera emularla. "La clave es que el vaso esté fresquito y tenga sus dos deditos de espuma. También se dice que es importante que esté a la mitad". En cualquier caso, luego están las preferencias de cada persona. "Hay gente que me dice 'tíramela sin espuma' y hay que saber llevar el tirador".

No siempre todo ha sido tan perfecto. "La primera que tiré fue en el primer bar de copas que estuve y fue un desastre total. Pero a todo el mundo le pasa lo mismo", comenta sobre un pasado que todos tenemos. Además de su experiencia, ha ido mejorando gracias a su capacidad de aprendizaje. "Tienes que poner de tu parte. Yo estoy pendiente de la primera que tiro para que salgan todas iguales. También me gusta fijarme cuando voy a otros bares", afirma.
Sus compañeros bromean con ella y le aseguran que se va a hacer famosa entre los camareros de Sevilla, algo que no es poca cosa. Gema, sin embargo, reconoce que es "timidilla" y tampoco le da demasiada importancia al reconocimiento. "No me creo lo que está pasando ahora mismo", asegura.
Gema tiene claro que "la hostelería si caes en el sitio adecuado es muy divertida". En este sentido, califica su bar actual como "maravilloso" porque "te llevas a gente, incluso los mismos clientes. Te llevas cosas que creo que en otros sitios no te las llevarías a casa. Yo hay día en los que me siento plena". Esta onubense también reconoce que es un trabajo "en el que si caes en un sitio malo puede ser duro, pero se ha mejorado mucho. Yo he pegado un cambio brutal desde que empecé y creo que poco a poco se está avanzando", sentencia sobre las condiciones laborales del sector.