La Catedral de Sevilla, uno de los monumentos más visitados de España, mantiene una política firme de accesibilidad a su visita cultural, la cual representa su principal fuente de ingresos. A pesar del elevado coste que supone su conservación, más del 30% de las entradas se ofrecen de manera gratuita o con precio reducido.
El dinero recaudado permite al Cabildo Catedralicio hacer frente a sus compromisos económicos anuales, de los cuales más de un tercio se destina a la Comunión de Bienes. El resto se emplea en la conservación del patrimonio y la gestión general del templo, una de las joyas arquitectónicas más importantes del país.
Acceso gratuito cada domingo y para colectivos prioritarios
En su afán por facilitar el acceso a la ciudadanía, la Catedral permite la entrada gratuita todos los domingos por la tarde, de 16.30 a 18 horas. El aforo es limitado y es necesario reservar a través de su web oficial. Esta opción ha sido clave para abrir las puertas del templo a un público más amplio.
También pueden acceder sin coste alguno los residentes y naturales de la Archidiócesis de Sevilla, los menores de hasta 13 años acompañados, las personas con discapacidad igual o superior al 65% (con acompañante si es necesario) y los desempleados nacionales, siempre que acrediten su situación.
A estos colectivos se suman quienes participan en itinerarios pedagógicos y catequesis durante los tiempos litúrgicos, iniciativas que requieren únicamente un donativo simbólico de 2 euros para Cáritas Diocesana. Estas actividades consolidan a la Catedral como un referente en la educación y difusión de su patrimonio espiritual y cultural.
Descuentos para estudiantes, pensionistas y familias numerosas
Junto a las entradas gratuitas, existe una modalidad reducida destinada a estudiantes hasta los 25 años, pensionistas mayores de 65, y personas con discapacidad a partir del 33%. También se benefician de esta tarifa los adultos integrantes de familias numerosas, una medida que busca incentivar la visita en grupo.
Además, el Cabildo contempla la posibilidad de otorgar entradas gratuitas o con precio reducido a asociaciones, fundaciones y otras entidades que lo soliciten, siempre bajo determinadas condiciones que se valoran individualmente.
Aunque la visita cultural es la actividad más visible, no hay que olvidar que la Catedral es, sobre todo, un espacio religioso. Miles de personas acceden cada año libremente para participar en el culto y las celebraciones litúrgicas, que se desarrollan a diario en diferentes zonas del recinto.
Más allá del culto, el templo acoge más de cien actividades culturales anuales, reflejadas en su calendario oficial de actos. Estas iniciativas contribuyen a que la Catedral siga siendo un centro vivo de expresión artística, histórica y espiritual.