El abanico de posibilidades productivas del sector B-XII, en las marismas del Guadalquivir de Lebrija, en Sevilla, que ya es amplísimo con la siembra de algodón, remolacha, tomate, pimiento, cebolla, patata, calabaza o maíz, se abre ahora aún más con la incorporación de un cultivo con el que experimentó el año pasado un grupo de agricultores amigos al sembrar 40 hectáreas.
Y es gracias a la alcachofa híbrida, producto de diversas variedades que ostentan ahora una larga vida postcosecha tanto para el mercado nacional como para la exportación, con diferentes calibres y “con una excelente calidad”, como insiste en señalar Antonio Arriaza, el dueño de Agrotecma.
Se trata de una empresa lebrijana especializada no solamente en la compraventa de insecticidas y fertilizantes, sino también en el asesoramiento de cientos de agricultores que no solo le confían la gestión de productos químicos de uso agrícola, sino también la implementación de nuevos cultivos como esta nueva alcachofa que, a diferencia de la blanca de Tudela, no necesita tres o cuatro años para dar de sí toda su producción, sino que se siembra ahora en agosto y se cosecha completamente en el próximo mes de febrero.
“Esa es la gran ventaja de estas alcachofas, que te dejan la tierra libre a partir de marzo para otro cultivo y no hay que estar pendientes de las siguientes cosechas durante varios años hasta que la planta dé todo de sí”, explica Arriaza sobre el terreno, en una de las parcelas que estos días precisamente se están sembrando con la promesa de que el precio del kilo rondará los 80 céntimos de euro y de que, en condiciones normales, se suelen producir unos 20.000 kilos por hectáreas.
Las plantas están ahora recién sembradas, “pero esto crece en muy poco tiempo”, advierte Arriaza, “y dentro de un mes o dos estarán súper crecidas”, insiste, mientras señala el sistema de regadío por aspersión que solo servirá para estas primeras semanas del verano. “Luego ya se les pone el regadío por goteo”.
Cosecha, en febrero
Para el próximo invierno habrán alcanzado casi los dos metros de altura y en febrero llegará el momento de la cosecha, que en el caso de las comprometidas con Agrotecma ya tienen contratada la venta a una empresa de Murcia, Ultracongelados Azarbe SA, especializada en la adquisición de verdura mediterránea y en su manipulación y posterior proceso de congelado y envasado y que pertenece, a su vez, al grupo Virto, con sede en Navarra. Precisamente los pocos agricultores pioneros que ya arrancaron con el cultivo de la alcachofa híbrida el año pasado se la van a seguir vendiendo directamente a otra empresa de la misma zona, Congelados de Navarra.
Las alcachofas se recolectarán, a mano y echándolas en cajones sobre un tractor paralelo, durante los próximos meses de febrero y marzo. Las explotaciones que hasta ayer mismo estaban sembrándose de esta nueva variedad híbrida se reparten por todo el sector B-XII.
Producto pionero en Sevilla
Pese a lo que se dice de que estas alcachofas tienen menos sabor que las tradicionales blancas de Tudela, Arriaza insiste en que “están buenísimas” y que la prueba es que su siembra se está extendiendo rápidamente porque tienen “mucho mercado”. En este sentido, de las 40 hectáreas que se sembraron de modo casi experimental el año pasado, ahora se están sembrando 120 hectáreas. Se ha incorporado una quincena de agricultores más y, “si todo sale según lo previsto, podríamos decir que se trata de un producto llamado a consolidarse en la marisma de Lebrija”.
Se trata de un producto pionero en toda la provincia de Sevilla y no es de extrañar que empiece en estas parcelas lebrijanas “porque el sistema de regadío que hemos conseguido es bastante avanzado si lo comparamos con el que tienen en buena parte de la comarca”, insiste Juan Tejero, uno de los agricultores que se ha animado con estas nuevas alcachofas que prometen un alto nivel de rendimiento por hectárea. Fernando Cordero, por su parte, fue uno de los primeros atrevidos el año pasado, y no le fue mal. “Nos las pagaron a 70 céntimos de euro, y este año esperamos que sea un poco más y, sobre todo, que salgan más kilos, porque el año pasado no fue bueno del todo debido a las lluvias”.
Juanmi Zambrano, por su parte, joven agricultor lebrijano de 41 años, es uno de los que se atreven por primera vez, y confía en Agrotecma porque “ellos te ponen la plantación, te guían en el seguimiento de fitosanitarios y hasta se encargan de la recolección, pues ya la han acordado con un empresario, y nosotros prácticamente tenemos que poner la tierra y estar pendientes de los riegos”. Y eso que esta variedad de alcachofa no es que necesite agua especialmente.
La búsqueda de un producto que necesite poca agua
Ese factor es el que ha animado a apostar por ella al trebujenero Candi Marín (46 años), que llevaba varios años buscando “un producto de invierno” y con el miedo de “que no tenemos agua, aunque este pasado invierno haya sido una excepción, ¿pero y el año que viene?”, se pregunta, cauto, y añade: “Por lo menos en invierno se aprovechan todas las lluvias que caigan, aunque contemos con poca agua”. “Por lo que han prometido, se trata de un cultivo mucho más rentable que otros, como el algodón por ejemplo”, se ilusiona por su parte Juanmi Zambrano, y sueña: “Si todo sale como está previsto y nos pagan realmente a 80 céntimos no estará mal”.
Candi Marín, en todo caso, es mucho más pesimista con el futuro del campo, al que pronostica “diez o doce años, en cuanto se jubilen los agricultores actuales y se hagan con el control de todo los fondos de inversión”. “Yo, por ejemplo, no quiero que mis hijos se dediquen al campo”, advierte desde su casa de El Puerto de Santa María, donde vive desde que se casó. Con todo, Marín va a sembrar este año seis hectáreas de alcachofa híbrida “y a ver cómo escapamos”. “Las otras cuatro las voy a poner de coliflores”.
Miguel Oviedo, otro experimentado agricultor de Lebrija, se va a arriesgar a sus 60 años. “Vamos a probar por primera vez y el año que viene podremos decir si interesa o no”, explica este hombre que ha sembrado de todo en la marisma de Lebrija.
Alcachofas al alza
Seguramente por la tendencia a una vida más sana y a comer más verde, las alcachofas se han puesto de moda, especialmente en el último lustro. Las híbridas ofrecen beneficios similares a las tradicionales pero incluso con ventajas adicionales. Ricas en vitaminas A y C, mineras como el fósforo, el hierro, el magnesio y el potasio, es un producto rico en fibra al que se le atribuyen propiedades depurativas, pues favorece la función biliar y hepática y contribuye a la reducción del colesterol.
España es el segundo productor de toda Europa de alcachofas, solo por detrás de Italia. Hasta el presidente de la asociación Alcachofa de España, Antonio Galindo, ha advertido de que las nuevas variedades híbridas “no vienen a sustituir a la alcachofa blanca de Tudela, sino a aumentar la producción con otra tipología que abre otros mercados de exportación y pueden ayudar a potenciar el consumo”. En este sentido, en otras zonas de España como la murciana, las variedades híbridas han tomado ya protagonismo por su mayor conservación y por su excelente adaptación y, encima, porque son más rentables para el agricultor al tener un porte más fuerte y ser también apta para tierras cansadas.
