La Guardia Civil ha puesto en marcha este viernes una operación de gran escala dirigida contra los principales clanes del narcotráfico que operan en la cuenca del río Guadalquivir. La intervención se enmarca en un contexto de creciente preocupación social y política por la actividad de las organizaciones criminales en la zona, donde en los últimos meses se ha denunciado la aparente impunidad con la que estas bandas utilizan el cauce fluvial para sus operaciones.
La circulación de vídeos que muestran embarcaciones tipo narcolancha navegando en plena luz del día por el Guadalquivir ha intensificado la presión pública. Estas imágenes han alimentado un debate sobre la necesidad de reforzar la presencia de las fuerzas de seguridad en el río, incluyendo la creación de unidades de vigilancia fluvial especializadas. Las autoridades estatales han sostenido que estas escenas no son inéditas y que se deben a un incremento de la presión policial sobre los narcotraficantes en otras zonas del litoral.
Las últimas operaciones
Entre los episodios recientes que han agravado la situación, destaca la interceptación en Lebrija (Sevilla) de una embarcación semirrígida cargada con 200 petacas de combustible, presuntamente destinadas a abastecer a otras lanchas usadas para el transporte de drogas. A ello se suman incidentes como una colisión entre narcolanchas en esa misma localidad, ocurrida durante una persecución de la Guardia Civil, así como otras operaciones similares en municipios próximos como Coria del Río.
La operación en curso busca desarticular las estructuras logísticas y operativas de estos clanes, cuya actividad en el Guadalquivir se ha convertido en un desafío para las autoridades. El objetivo es frenar el uso del cauce fluvial como vía de transporte de estupefacientes y recuperar el control sobre un territorio que las organizaciones criminales han aprovechado para sortear la vigilancia en otras zonas más controladas del litoral andaluz.




