El 17 de noviembre del año pasado, el cliente de un gimnasio del barrio de San Bernardo (Sevilla) se quejó de que en la sala de fitness no se utilizase la mascarilla obligatoria en espacios interiores por la pandemia.
Esta queja fue tomada de forma violenta por A.R.N., monitor del referido gimnasio, que la emprendió a golpes e insultos. Por las agresiones sufridas, el cliente tuvo que estar cuarenta días de baja.
Ahora, como adelanta Diario de Sevilla, el gimnasio ha sido condenado como responsable civil subsidiario por las lesiones producidas por el empleado al usuario dentro de las instalaciones deportivas. La empresa en cuestión, según refleja la magistrada encargada de la denuncia, no ha puesto nada de su parte para aclarar lo sucedido, negándose a facilitar parte de las imágenes de seguridad del gimnasio.
Comentarios