Poco ha durado la sensación de que las cosas iban por el buen camino en el baloncesto sevillano. La esperpéntica desaparición del Baloncesto Sevilla poco después de ascender a la ACB pero incumpliendo con la liga. Una documentación que la dirección decía que estaba hecha pero que ha acabado con el Granada en la élite del baloncesto.
El sueño ahora era continuar por la parte más social, que era el Caja87, el espíritu de aficionados del Caja San Fernando con aquellos colores rojos y verdes. Tras el final del club histórico, la ciudad ya tenía que volcarse con la iniciativa popular. En esa ecuación entraba la todopoderosa Fundación Cajasol, clave en la historia y el destino del baloncesto -y de tantas otras cosas en la ciudad-.
Tras un acuerdo del Caja87 firmado directamente con Antonio Pulido, la fundación se descolgaba del acuerdo y lo hacía a través de un comunicado: se alega la imposibilidad de cumplir los plazos para la correcta implementación del proyecto.
"Hace unos días se dio a conocer este nuevo proyecto entre las dos instituciones con el fin de promover la práctica del baloncesto y dar respaldo al talento andaluz. Sin embargo, no ha sido posible llegar a un entendimiento en todos los aspectos relativos al convenio, por lo que se ha decidido suspender la colaboración".
Deseando "el mayor de los éxitos"
No hay muchos más detalles, pero todo apunta a que Cajasol quería volver a poner su nombre en el club, que tras Caja San Fernando fue Cajasol y Banca Cívica durante el proceso de reordenación bancaria en España. Y el nombre hoy corresponde al patrocinador Insolac, que ha apostado por un acuerdo estratégico. En lugar de convivir, ambos patrocinios parece que eran incompatibles.
"En cualquier caso, la Fundación Cajasol desea el mayor de los éxitos al club Caja87 para esta temporada. La Fundación reitera que esta decisión, enfocada en asegurar la calidad de sus proyectos, no cierra puertas a futuras colaboraciones con el Caja87, para el impulso del baloncesto en la ciudad de Sevilla", señalaban en un comunicado.
Desde el club no se ha sido del todo claro, y tiene sentido no serlo, porque no tendría sentido romper puentes con quien en largo plazo dice que puede ser un aliado: El club asume la responsabilidad de la cantera de élite de Sevilla convencido de que la formación de jóvenes talentos no puede quedar en suspenso. La cantera es la base y el corazón de nuestro proyecto deportivo y social, y seguiremos apostando por ella con la máxima energía y determinación". Y lo dice el club, que "no cierra puertas a futuras colaboraciones con la Fundación Cajasol para el impulso del baloncesto en la ciudad de Sevilla".
Pero es una situación dolorosa, lógicamente, porque parecía que llegaba el momento de impulsar conjuntamente un proyecto serio, de futuro. Lo sigue teniendo sin Cajasol, claro. Pero nada más que hay que navegar por las redes para encontrar cómo puede sentar esto entre el aficionado al baloncesto sevillano. Que es una falta de compromiso por parte de la fundación, pero que al menos queda claro que por ahora no estará en las decisiones.
En parte, a pesar del agradecimiento histórico (tan importante ha sido que el club en su denominación es Caja, aunque hoy no haya caja ni banco detrás), una parte del aficionado no olvida que el declive del histórico llega cuando Cajasol (Caixabank) decide que se acabó, y vende a quienes luego no prestaron solvencia.
