Los progenitores de una niña de 12 años afectada por retraso madurativo y enfermedad inflamatoria intestinal tipo Crohn han presentado una reclamación por responsabilidad patrimonial contra el Servicio Andaluz de Salud (SAS) en la que reclaman 223.289 euros de indemnización. La demanda se interpone tras conocerse el dictamen del Instituto de Medicina Legal (IML) de Sevilla, que advierte de la falta de pruebas destinadas a descartar una infección antes de administrar Adalimumab, así como de la ausencia de evaluación de posibles contraindicaciones derivadas de una tuberculosis.
El encargo del informe forense partió del Juzgado de Instrucción número 16, en el marco de las diligencias previas abiertas tras la denuncia presentada en 2019 por el letrado especializado en Derecho Sanitario Pedro Arnaiz. El IML recibió la historia clínica procedente del Hospital Virgen del Rocío y remitió su dictamen al juzgado el 8 de abril.
En su análisis, el IML describe la enfermedad de Crohn como un trastorno inflamatorio gastrointestinal. Según consta en la historia clínica, se optó por no administrar Infliximab y, en su lugar, iniciar tratamiento con Adalimumab, cuyo primer vial se suministró el 30 de mayo de 2018.
El informe recuerda que el Adalimumab es un anticuerpo monoclonal humano recombinante indicado en la enfermedad de Crohn activa de moderada a grave en pacientes pediátricos con respuesta insuficiente a la terapia convencional o con contraindicaciones a otros tratamientos.
La ficha técnica
Asimismo, el dictamen subraya que la ficha técnica del medicamento establece la necesidad de monitorizar la presencia de infecciones, incluida la tuberculosis, antes, durante y hasta cuatro meses después de finalizar la terapia. Además, prohíbe iniciar el tratamiento si persisten infecciones activas, sean crónicas o localizadas, hasta su completa resolución.
El IML señala también que, aun con resultado negativo en la prueba de tuberculina, debe valorarse la profilaxis antituberculosa en pacientes con factores de riesgo significativos. Tras la primera dosis de Adalimumab, la menor presentó síntomas respiratorios y se le diagnosticó una infección respiratoria, tratamiento que continuó en su domicilio con antibióticos.
Finalmente, el informe concluye que no se practicó el despistaje previo de tuberculosis antes de la administración del fármaco. La niña falleció el 25 de julio de 2018, tras más de un mes ingresada en la UCI, a consecuencia de una hemorragia intraalveolar masiva y afectación multiorgánica secundaria a una tuberculosis diseminada. Los estudios microbiológicos de la biopsia pulmonar realizada en la necropsia confirmaron la presencia de Micobacteria tuberculosa.
