El Ayuntamiento de Sevilla se ha vestido de gala este martes para presentar un proyecto que puede cambiar el futuro del Real Betis Balompié, pero también de la capital hispalense. El ambiente era de gala y de cierta euforia entre los asistentes. Por el salón Colón del edificio municipal se han dejado ver personalidades como Joaquín Sánchez o Rafael Gordillo. También ha estado presente Antonio Muñoz, anterior alcalde y actual portavoz socialista, a pesar de que sus colores tiran hacia el barrio de Nervión.
El nuevo Benito Villamarín es un gran proyecto deportivo, pero sobre todo urbanístico. Y esto ha quedado claramente reflejado en las primeras palabras de Ángel Haro, presidente de la entidad verdiblanca. Haro ha agradecido en varias ocasiones al nuevo gobierno del Partido Popular y a la gerencia de urbanismo la celeridad para desatascar un proyecto que comenzó a fraguarse en el año 2004. En este sentido, el presidente del Real Betis se ha referido al talante del equipo municipal en sus primeros meses de mandato. Además, ha felicitado a José Luis Sanz, alcalde de la ciudad, por el dinanismo urbanístico que pretende darle a Sevilla.
Sanz ha cogido el guante y ha arremetido contra las gestiones anteriores trasladándose a la firma en 2004 entre Ayuntamiento y Real Betis para que el PGOU de 2006 contemplara la posibilidad de reordenar tanto los terrenos propiedad de la entidad verdiblanca como los aledaños, propiedad municipal, y poder construir un nuevo estadio. "Ha habido falta de agilidad en la gestión municipal. Ahora hay voluntad y el compromiso de este equipo de gobierno para hacerlo realidad lo antes posible", ha insistido Sanz.
En este sentido, ha anunciado la primera reunión para este miércoles en la que se establecerá una mesa técnica con presencia de los técnicos de la entidad deportiva y los técnicos de la gerencia de urbanismo para estudiar la viabilidad urbanística del proyecto presentado. "Queremos cumplir todos los planes y normativas urbnísticas", ha añadido Haro. El presidente del Real Betis también ha señalado que el conjunto verdiblanco tendrá que jugar durante dos años en el estadio de La Cartuja y que el comienzo de las obras está previsto para final de esta temporada con la demolición de la grada de preferencia.
José Luis Sanz, Ángel Haro y el arquitecto del proyecto, Rafael de La-Hoz, han querido dejar claro que no será una infraestructura simplemente deportiva. De hecho, el alcalde de la ciudad ha comenzado su intervención afirmando que su equipo trabaja para que el nuevo Benito Villamarín sea "un icono de esta ciudad" y un "proyecto de ciudad". En esta línea ha continuado afirmando que el objetivo es que la infraestructura se integre en el barrio y repercuta y beneficie a la zona de La Palmera y Heliópolis sin negar que pueda ser "un reclamo turístico de esta gran ciudad".
Ángel Haro también ha utilizado "icono" como palabra para definir lo que supondrá un estadio que está previsto que albergue a más de 60.000 personas a partir de 2026. El presidente verdiblanco ha anunciado que el impacto económico para el club será de entre 12 y 20 millones por temporada. "El estadio se pagará solo", ha añadido. Debido a las actividades de ocio y comerciales que albergará el estadio (tendrá uso todos los días del año según el arquitecto), el Real Betis tiene previsto reunirse con las diferentes asociaciones que componen el distrito de Bellavista-La Palmera para que participen en el desarrollo del proyecto. "Es la principal obra de Sevilla en los próximos años y creará muchísimos puestos de trabajo".
Una zona verde en la gran arteria de Sevilla
Rafael de La-Hoz, arquitecto que ha ganado el concurso convocado por el Real Betis, ha dado datos sobre algunas cuestiones técnicas destacando que se trata de un estadio urbano, algo extraño en España, y que, por lo tanto, forma parte de la ciudad y hay que integrarlo en la vida de la misma. "Esto guió la actuación del equipo que dirijo en la idea de cómo debía ser. No puede ser ajeno a Heliópolis y La Palmera, dos zonas que lo acompañan desde el minuto uno. Queremos resolver la sensación de dar la espalda a la avenida de La Palmera".
El arquitecto cordobés quiere que el Benito Villamarín sea la culminación de un camino que comienza en el Prado de San Sebastián, sigue por el Parque de María Luisa y la avenida de la Palmera y acaba en el estadio a través de un camino lleno de árboles y zonas verdes. Sobre esto, De La-Hoz ha descartado la climatización del estadio con un diseño que busca que ventile de manera natural.