El Ayuntamiento de Sevilla anunció recientemente que la ciudad alcanzaba prácticamente la normalidad tras la borrasca Bernard. Lo hizo tras anunciar la reapertura de parques como el de María Luisa, que ha estado casi tres semanas cerrado, prácticamente hasta la instalación en la plaza de España de una carpa para los Premios Grammy Latinos.
Sin embargo, muchas calles aún siguen con alcorques que evidencian los restos de la gran tormenta y fuertes vientos que azotaron a la ciudad. De hecho, Sevilla no fue la ciudad más afectada, pero sí es donde aún quedan más evidencias de que aún no se ha recuperado de los estragos.
Algunas zonas afectadas son zonas con gran número de vecinos en el tránsito diario. La oposición ya alertó días después de Bernard que el Ayuntamiento estaba priorizando las actuaciones en el casco históricos. En algunos puntos, como en el entorno del Muelle de la Sal, aún quedaban restos semanas después de los pocos árboles que dan sombra junto a las escaleras de bajada al río.
Y en los barrios, la situación es que aún no se han producido los arreglos prometidos por el Ayuntamiento. Un usuario en redes sociales afeaba este mismo jueves, un mes y un día tras Bernard, que en Amador de los Ríos quedan tocones de grandes árboles tumbados sobre la acera, que está levantada en muchos puntos.
En el entorno del Tiro de Línea, la situación es similar, evidencia del abandono de algunas partes de la ciudad por parte del Ayuntamiento. En total, el gobierno de José Luis Sanz habla de 2.500 incidencias por caídas de árboles y grandes ramas. Solo algunas de ellas tienen relación con patrimonio privado. La mayoría, son competencia del Ayuntamiento sevillano. En cuanto a fracturas de troncos, han sido 600 los árboles afectados, de los cuales más de 300 estaban en estudio semanas después de la tormenta.
Los fuertes vientos de más de 100 kilómetros por hora, sumados a una sequía que va reduciendo la fuerza de las raíces, provocaron un caos que devastó una ciudad con una gran cantidad de árboles.
