Las Scarlattianas de David Peña Dorantes han sido el primero de los espectáculos en agotar el papel de la 23 Bienal de Flamenco de Sevilla. En tan solo cinco horas — se han puesto a la venta las entradas esta mañana a las diez— se colgaba el cartel de agotado en la ficha que recoge los datos de un concierto en el que realizará un tributo a Domenico Scarlatti.
Así pues, tanto para sesión de las doce de la mañana, como la de las nueve de la noche, tienen ya completo su aforo para vivir en directo un concierto de manos de un artista que abordará las partituras con un instrumento novedoso para el flamenco como es el clavicémbalo y que, coloquialmente, se conoce como clave, además de con su piano.
Para este tributo a Domenico Scarlatti, el pianista lebrijano toma como punto de partida el año de 1730, en que se estima que "el flamenco se cuela en la corte de Fernando VI, en un tiempo donde la música estaba circunscrita a determinadas clases sociales y se entendía como una actividad culta o de signo de distinción".
A partir de ahí, las influencias que marcarán por siempre a quien fuera profesor de clave de Bárbara de Braganza —esposa de Fernando VI— tras su paso por Sevilla en aquella época y conocer "la música de los gitanos" hacen que "explore los recursos tímbricos" del instrumento como "ningún otro compositor hasta la época".
Para Dorantes, el músico que mejor entendió los elementos hispanos de Scarlatti de forma más completa fue Manuel de Falla, de quien manifiesta que "pensaba que había que considerar a Scarlatti como el compositor más clásico de la música española", al percatarse y reconocer en sus las armonías "elementos únicos españoles", sobre todo en la manera de tocar la guitarra en el flamenco.
"Sin duda, esos años que pasó Scarlatti en Sevilla lo marcaron para siempre", remata Dorantes, quien basará su doble sesión de conciertos en San Luis de los Franceses en la música de este artista italiano.
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