El Cabildo de la Catedral de Sevilla ha puesto en marcha el programa 2025 de mantenimiento de las portadas del templo, una intervención que se enmarca en el plan anual de conservación diseñado tras la restauración de estas monumentales fachadas.
Desde su restauración, el Cabildo ha impulsado un sistema de conservación que permite a los especialistas revisar cada año el estado de las portadas y ejecutar pequeños trabajos de restauración o corrección de patologías antes de que se agraven. Este método, centrado en la prevención, evita la aparición de daños estructurales de mayor envergadura.
Un plan de conservación preventiva
La planificación de este programa ha permitido que las portadas de la Catedral presenten un estado de conservación óptimo, convirtiéndose en un referente nacional e internacional en materia de conservación del patrimonio histórico.
El éxito de esta intervención fue reconocido en 2023 por el Ministerio de Cultura, que destacó el plan de conservación de las portadas de la Catedral de Sevilla como ejemplo de buenas prácticas dentro de su Libro Verde del Patrimonio Cultural.
Las nueve portadas y accesos a la Catedral
Las portadas de la Catedral de Sevilla constituyen uno de los elementos exteriores más emblemáticos del templo, fusionando estilos, iconografías y técnicas a lo largo de los siglos. En su fachada occidental destacan tres portadas principales hacia la avenida de la Constitución: la Puerta del Bautismo, la Puerta de la Asunción (o portada principal) y la Puerta de San Miguel o del Nacimiento, cada una con su factura escultórica y su significado simbólico ligado a pasajes bíblicos o devocionales.
Además, existen portadas laterales menos visibles pero igualmente importantes: la Puerta de la Concepción, la Puerta del Príncipe (o de San Cristóbal) y la conocida Puerta de los Palos junto a la Giralda, esta última construida durante el siglo XVI. Estas portadas muestran una rica mezcla de estilos: mientras la portada del Perdón adopta elementos mudéjares y la fachada principal presenta trazas góticas y decoraciones posteriores del siglo XIX, otras portadas del crucero apelan al neogótico o al historicismo del siglo XX.
El valor artístico y patrimonial de estas puertas radica en su belleza escultórica. A través de relieves, esculturas y decoración se representa la historia de la salvación, santos locales, escenas bíblicas y la identidad cristiana de Sevilla. Gracias a programas continuos de mantenimiento preventivo, como los promovidos por el Cabildo catedralicio, estas portadas conservan su integridad y siguen siendo un referente destacado en el patrimonio artístico hispalense.