De Carmona al Bayern, previo paso por San Sebastián: la niña que rompía redes quiere conquistar Europa

Su fichaje por el Bayern de Múnich hasta 2029 es el paso definitivo de una historia de superación contada desde la raíz. Jugará cedida la próxima temporada en la Real Sociedad pero en Munich cuentan con ella para el futuro

Edna Imade, de Carmona al Bayern, pasando por la Real Sociedad.
Edna Imade, de Carmona al Bayern, pasando por la Real Sociedad.
17 de julio de 2025 a las 10:36h

Fue central. Luego delantera. Lo fue todo para sus equipos en Carmona y hoy lo empieza a ser para uno de los clubes más poderosos del mundo. Edna Imade ha firmado una de las temporadas más brillantes de la Liga F con el Granada CF, igualando en goles a una leyenda como Alexia Putellas y quedando a un paso de la estrella polaca Ewa Pajor. Pero el camino hasta allí no tiene nada de cuento de hadas. Está hecho de tierra, sacrificio, constancia, días sin botas, viajes en soledad, una madre coraje y una fe inquebrantable en que todo era posible. Su historia es la de una futbolista que nunca pidió nada: solo quiso demostrar que podía. Propiedad del Bayern de Munich desde el 15 de julio, y hasta 2029, jugará cedida la próxima campaña en la Real Sociedad.

El patio del Pedro I: donde nacen las futbolistas que no temen al frío

"Yo realmente empecé en el fútbol con los chicos", cuenta Edna. “Mis inicios fueron en el colegio, en los recreos. Luego fui al equipo de mi pueblo, Carmona, donde conocí a Fernando, el entrenador que me abrió las puertas del fútbol”. Así fue. En los recreos del CEIP Pedro I de Carmona donde Pablo y Marcelino Sanromán, sus maestros de Educación Física, detectaron ese algo distinto. "Siempre estaban en el patio con el balón, ella y su hermano Paul. No soltaban la pelota", recuerda el técnico que la descubrió en Carmona.

Edna Imade, al firmar con el Bayern.
Edna Imade, al firmar con el Bayern.

Edna se incorporó pronto a un equipo mixto dirigido en un inicio por Pablo y después por Fernando, quien acabaría siendo clave en su formación. "Los padres de los niños la ayudaron desde el primer momento. Se sintió parte del grupo desde el minuto uno. Y ella respondía: era feliz, se reía, competía, entrenaba con ganas. Estaba donde quería estar”. Recuerda que en apariencia Edna era seria, "pero en realidad era muy alegre, disciplinada, comprometida. Sabía perfectamente lo que quería. No era una niña dispersa. Tenía metas". Incluso cuando estuvo interna en un colegio, no faltaba a los entrenamientos. "Los viernes, cuando llegaba para entrenar, el equipo respiraba. Con Edna en el campo, el sábado era distinto".

Jesús Rodríguez, portero en aquel equipo y compañero de la infancia, lo recuerda con admiración: "Cuando jugábamos juntos, yo sabía que con Edna detrás, podía estar tranquilo. No se le escapaba nadie. Era imposible pasarla. Por arriba, por abajo… lo ganaba todo. Cuando pasamos a fútbol 11, yo no llegaba con los saques. ¿Sabes quién venía a sacarlos? Edna. Siempre. Era una líder silenciosa”. Y fuera del campo también dejaba huella. "Desde que era niña iba sola al colegio. No faltaba nunca. Mi madre era profesora suya y siempre hablaba bien de ella. Nunca un problema. Siempre con una sonrisa. Siempre amable", cuenta Jesús.

Edna Imade posando con su nueva camiseta.
Edna Imade posando con su nueva camiseta.

De central a delantera (y árbitra)

Edna comenzó su carrera futbolística como central. "Tenía potencia, cuerpo, mucha capacidad para anticiparse", explica su primer entrenador: "Tácticamente necesitó tiempo. Venía de jugar en la calle. Costó adaptarla, pero lo logró. Nunca ponía una mala cara. Escuchaba, aprendía, se esforzaba”, añade. "Cuando cumplí los 15 años me dijeron que no podía seguir jugando con niños, entonces empecé en el fútbol sala con las chicas. Ahí cogí mucha técnica, aprendí a regatear y a pisar la pelota", recuerda. "Los recuerdos son muy felices. Aunque perdiéramos, éramos una piña. Tenía compañeras que eran mayores que yo, muy graciosas. Me lo pasaba genial con ellas. Aprendí muchísimo, sobre todo a nivel técnico".

También arbitró. "Hice algunos pinitos como árbitra", confiesa. Fue breve, pero le permitió ver el juego desde otra perspectiva, ganar confianza y aprender a gestionar el respeto y el conflicto desde el otro lado. Después vino el paso por el Nervión, el Cacereño, el Málaga… y, por fin, el Granada CF. En ese camino se consolidó el cambio de posición: de frenar goles a marcarlos. "Ahora es una de las delanteras más prometedoras de Europa", asegura quien la entrenó en sus primeros pasos. "Tiene pegada, colocación, velocidad, fuerza. Sabe utilizar el cuerpo como nadie. Y además es generosa. Es una atacante completísima".

Una madre sola, una niña con hambre de futuro

La historia de Edna está atravesada por la figura de su madre. Llegó sola a Carmona con ella, sin más garantía que su voluntad de dar a su hija un futuro. "Mi familia es mi pila fundamental, tanto mi madre como mi hermano. Son mi fuente de motivación. Yo todo lo que hago es por sacarlos a ellos adelante, para que tengamos una vida mejor", cuenta Edna. "Si no fuera por ellos, no tendría estas ganas de seguir. Tengo un motivo para conseguirlo todo. Ellos siempre me han apoyado en cada decisión que he tomado. Siempre han estado ahí. Les debo todo y los quiero mucho".

Imade  en un partido con el Granada.
Imade en un partido con el Granada.

También reconoce que, aunque se ha acostumbrado a estar fuera, la echa mucho de menos: "Obviamente, sí. Siempre hay algo que te dice que vuelvas. Echo en falta que mi madre me haga la comida, jugar con mi hermano, esas pequeñas cosas. Pero te vas acostumbrando”. Fernando recuerda los días en que Edna no tenía botas o equipación: "Yo mismo se las compré. No porque ella lo pidiera. Jamás lo hizo. Pero sabías que cualquier cosa que hicieras por ella merecía la pena. Tenía una madurez especial, un agradecimiento limpio".

Edna nunca ocultó sus raíces. "Siempre ha sido reivindicativa, y con razón. Nunca se sintió menos. Siempre habló con orgullo de su origen nigeriano, de su madre, de su cuerpo. Por eso hoy es un espejo para muchas chicas", dice el entrenador que la vio crecer. Y no descuidó su formación. Completó un grado superior en Educación Física. "Porque el fútbol puede cambiar, pero el saber queda. Siempre lo tuvo claro".

Romper la red: el gol que fue mucho más que un gol

En un mundialito celebrado en Carmona, Edna fue protagonista de uno de esos momentos que definen una historia. Ella, que nunca tiraba faltas, recibió esa vez una orden diferente. "Faltaban un par de minutos para el final. Íbamos empatados. Le dije: '¡Edna, la tiras tú!'. Y cuando iba hacia el balón, le grité: '¡Por tu madre, por tu hermano, por tu raza! ¡Rompe la red!'", rememora Fernando, con la emoción aún presente en la voz.

Y la rompió. Golazo. Victoria. Campeonato. Pero aquello no fue solo fútbol. Fue una afirmación. Una deuda emocional saldada con una pelota en la red. "Ese gol fue más que un gol. Fue simbólico. Fue un homenaje a su historia, a su madre, a lo que había vivido. Lo que ha hecho Edna no es solo fútbol. Es una historia humana, de dignidad, de superación", concluye el entrenador que la vio crecer.

Europa a sus pies

En el Granada CF ha firmado su mejor temporada. "No te voy a decir un 10, pero sí un 9", valora Edna. "Ha sido hasta hoy mi mejor temporada a nivel individual y colectivo. Para mí significa orgullo el eso, el competir con jugadoras como Alexia Putellas o Ewa Pajor... que son conocidas a nivel mundial. Todo lo he conseguido con trabajo, con dedicación y también con la ayuda de todo mi equipo, que sin ellas y ellos no hubiera sido posible”, incide la delantera carmonense.

Ahora comienza una nueva etapa en el Bayern de Múnich, con quien ha firmado hasta el 2029. De hecho, Bianca Rech, directora del equipo femenino del Bayern, ha elogiado el perfil de Imade, a quien describe como “rápida, fuerte físicamente y versátil en ataque”. No obstante, el equipo alemán quiere que Imade siga madurando y la ha cedido para la próxima temporada a la Real Sociedad. En la Real espera “mucho aprendizaje de todo el equipo” y quiere seguir “aportando gol y mi juego aéreo. Quiero dejar al equipo lo más alto posible”. Según Rech, la cesión forma parte de un plan de desarrollo a largo plazo consensuado con la jugadora y su entorno, pues están convencidos en el equipo bávaro que “nos dará muchas alegrías en el futuro”.

Pasando el reconocimiento médico con la Real.
Pasando el reconocimiento médico con la Real.

Jesús Rodríguez, que creció con ella, resume a la perfección este hito del fútbol femenino andaluz: "Nadie llega al Bayern de casualidad. Ella lo ha peleado desde niña. Verla allí es como ver triunfar a alguien de tu familia”. Y añade un deseo: “Ojalá juegue algún día con España. Para nosotros sería una alegría inmensa”. Y ahí surge otro de los dilemas de esta carmonense: ¿España o Nigeria? Aún no lo ha decidido. "Ojalá llegue ese momento. El nivel en ambos lados es altísimo. Pero si me llega la oportunidad, la voy a aprovechar al máximo", asegura.

Y antes de cerrar, lanza un mensaje con fuerza: “Yo, a todas esas niñas que quieren llegar a la élite del fútbol femenino les diría que, como hice yo, luchen por sus sueños. Que no permitan que nada ni nadie les diga lo que pueden o no pueden hacer o conseguir. Que se pongan objetivos, que vayan a por ellos, paso a paso. Que trabajen mucho, que sean constantes y tengan mucha disciplina si quieren llegar a ser alguien importante en la vida”. Romper redes fue solo el comienzo. Ahora Edna Imade quiere abrir camino.

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Ezequiel García Barreda

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