El Ayuntamiento de Sevilla gastará casi tres millones de euros en diez patrullas 'antigrafitis'

El gobierno municipal también ha endurecido las multas por este tipo de acciones, como anunció el propio José Luis Sanz después de que la calle Betis apareciera con una pintada a favor de Palestina

José Luis Sanz, alcalde de Sevilla, mientras se limpia un grafiti.
José Luis Sanz, alcalde de Sevilla, mientras se limpia un grafiti.

El Ayuntamiento de Sevilla ha puesto en marcha una novedosa iniciativa para impedir el deterioro del Casco Histórico de la ciudad. Para poner fin al vandalismo, el alcalde José Luis Sanz ha presentado la unidad 'antigrafiti', que tendrá diez equipos de dos operarios cada uno para evitar las pintadas en las paredes de la ciudad. Además, habrá un endurecimiento de las sanciones, algo que Sanz ya advirtió tras la pintada a favor de Palestina que se vio en la calle Betis.

En total, el servicio costará 2,6 millones de euros para los próximos dos años. Este martes ya se ha puesto en funcionamiento esta unidad 'antigrafiti' que estará operativa por toda la ciudad. "Evidentemente, no solo vamos a luchar contra el grafiti con este dispositivo sino que tenemos la intención de aprobar en febrero una ordenanza de limpieza que va a endurecer considerablemente y sustancialmente las multas ante este tipo de hechos".

Sanz ha recordado que ya lo prometió en la campaña electoral. "Dijimos que no íbamos a consentir que el Casco histórico más importante de España y uno de los más importantes de Europa se convirtiera en el paraíso de los grafiteros y, evidentemente, vamos a cumplir". En este sentido, se trata de diez vehículos eléctricos nuevos "tipo furgón con depósito de agua de, al menos, 600 litros, para realizar estos trabajos y máquina de pintura".

Las multas por pintar lugares públicos de Sevilla podrán ascender hasta los 3.000 euros en caso de que sean lugares de Bien de Interés Cultural. "Otra promesa electoral que cumplimos y otra lucha contra esa dejadez que se había extendido por toda la ciudad. La limpieza era el síntoma más latente, la evidencia más absoluta de esa dejadez", ha añadido Sanz. "Cuando anunciamos nuestra lucha contra los grafitis, sobre todo en el Casco histórico, nos dijeron que era imposible, que no existían estas unidades. Tuvimos que ir a Oviedo, donde funciona perfectamente una unidad de este tipo, para demostrar que era posible".

Sobre el autor:

Emilio Cabrera.

E. C.

Periodista.

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