El arzobispo de Sevilla, José Ángel Sainz Meneses, ha invitado al Papa León XIV a visitar Sevilla con motivo del Año Jubilar 2025, aprovechando una audiencia general celebrada en el Vaticano. Según relató el propio prelado en un vídeo difundido tras el encuentro, fue "un regalo de lo alto" poder saludar personalmente al Santo Padre.
Durante esta visita al Vaticano, el arzobispo no solo trasladó la invitación al pontífice, sino que también le pidió “su oración, su intercesión, su aliento, su bendición” para dos importantes iniciativas eclesiales previstas en Sevilla: el congreso internacional sobre la Esperanza y la misión especial en el Polígono Sur, una de las zonas más desfavorecidas de la capital andaluza.
Una misión “rompedora y radical” en el Polígono Sur
Sainz Meneses definió esta próxima misión como “evangelizadora, muy rompedora, muy radical, muy enigmática”, subrayando la importancia de contar con el respaldo espiritual del Papa. “Necesitamos la oración de todos y también la oración y la bendición del Santo Padre”, afirmó el arzobispo en su mensaje.
El encuentro con el pontífice estuvo cargado de cercanía. “El Papa ha estado muy amable y le hemos dado recuerdos de Sevilla y de Triana, y lo hemos invitado a venir también una vez más”, relató Sainz Meneses. Cabe recordar que el Papa León XIV ya ha visitado la ciudad en el pasado, cuando ejercía como Prior General de la Orden de los Agustinos.
Año Jubilar 2025: una oportunidad de cambio
De cara al Jubileo, el arzobispo sevillano hizo un llamamiento a trabajar “incesantemente por nuestro Señor, por los hermanos”, confiando en que tanto el congreso como la misión puedan marcar “un avance significativo en nuestro camino de conversión”.
Más allá del plano espiritual, Sainz Meneses expresó su deseo de que estas acciones tengan un impacto tangible en la vida cotidiana de los ciudadanos. “Que haya también un cambio significativo en el impacto evangelizador y, sobre todo, en la resolución de los problemas que afectan a estos barrios más desfavorecidos de nuestra ciudad y también de otros lugares de la diócesis”, subrayó.
En su mensaje final, el arzobispo lanzó una exhortación clara: “El año jubilar es el momento más propicio; el Señor pone la fuerza, la gracia, su amor y nosotros hemos de poner también todo nuestro trabajo, todo nuestro sacrificio”. Una invitación a la esperanza, al compromiso y a la acción desde la fe.