A primera hora de la tarde del 15 de agosto de 2023, los cadáveres de un matrimonio fueron hallados en una casa en la calle Mancilla, en el centro de Osuna, en Sevilla. Un familiar de las víctimas llamó a la Policía Local porque no respondían a las llamadas telefónicas desde hacía varios días. Los bomberos acudieron a la llamada de los agentes para forzar la puerta de la casa, ante la falta de respuesta, y al entrar, encontraron los cuerpos.
Se trataba de un hombre de 77 años, natural de Barcelona, y una mujer de 41 años, de nacionalidad ucraniana. Llevaban alrededor de un año viviendo en el municipio de Osuna, y él tenía antecedentes por contrabando de tabaco. Además, en la casa se hallaron varias plantas de marihuana.
La Guardia Civil se hizo cargo de la investigación del crimen. Las autopsias revelaron indicios de tortura en el caso del hombre, con numerosos golpes y fracturas, y fallecimiento por asfixia en el caso de ella. Los forenses dataron el fallecimiento el día 11 de agosto, cuatro días antes del hallazgo de los cuerpos.
La violencia extrema que sufrieron las víctimas y los antecedentes de él llevaron a la Policía Judicial de la Guardia Civil a considerar que podría tratarse de un ajuste de cuentas, pero el caso, a día de hoy, sigue en punto muerto, ya que no se ha podido dar con ninguna pista concluyente ni existen testigos. También se consideró la posibilidad de un robo, pero la casa tenía instalado un sistema de alarma que no detectó ninguna intrusión. La puerta tampoco estaba forzada, por lo que posiblemente las víctimas abrieran la puerta a quienes perpetraron el asesinato.
El Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 2 de Osuna es el órgano a cargo de la investigación de este doble crimen, sobre el que mantiene el secreto respecto a las actuaciones.


