La Rinconada se ha convertido estos días en el epicentro de la creación escénica andaluza gracias a la primera edición de Mirador Sur a Escena, una Muestra Profesional de Artes Escénicas impulsada por ADEA con el apoyo del Ayuntamiento y la colaboración de la Diputación de Sevilla. Del 2 al 4 de diciembre, el municipio se ha transformado en un punto de referencia donde la distribución artística actúa como puente entre quienes crean y quienes programan, consolidando un espacio que aspira a ser clave para la circulación de las artes escénicas dentro y fuera de Andalucía.
Este nuevo encuentro nace para poner el foco en la creación contemporánea andaluza, favoreciendo el diálogo entre programadores, compañías, distribuidoras y público. Así lo expresó la I Teniente de Alcalde y delegada de Cultura, Raquel Vega, durante la inauguración: “Mirador Sur a Escena supone para la temporada el nacimiento de una muestra imprescindible para el empoderamiento de la creación andaluza, las redes, una mirada contemporánea al sector de las artes escénicas que necesita del apoyo institucional para ser visible y, también, para dialogar y generar sinergias de encuentro con el público”. Vega añadió que La Rinconada recibe “a compañías andaluzas, empresas culturales, gestores, distribuidoras y espectáculos de toda España”, subrayando que el objetivo es situar la cultura “en su justo lugar” y consolidar un proyecto “de largo recorrido”.
Desde ADEA, su presidenta, Lucía De Franchi, remarcó esa misma voluntad de conexión: “Queremos crear puentes culturales, un espacio para el encuentro profesional y la exhibición, donde explorar nuevas ideas y caminos desde la creación y la distribución”. En la misma línea, Elena Carrascal, productora y miembro de la asociación, destacó que “la sostenibilidad de una compañía no depende de cuánto produce, sino de cuánto gira”, y que Mirador Sur a Escena busca precisamente abrir caminos para que los espectáculos “viajen, crezcan y encuentren nuevos públicos”.
El proyecto también hace hincapié en la diversidad de miradas —“cada mirada cuenta”— y en la transformación del espacio público en un lugar simbólico de encuentro y memoria. El Mirador Sur deja de ser únicamente un entorno físico para convertirse en un punto de comunión donde se construye un relato colectivo. No se busca destacar individualidades, sino reforzar “el nosotros” mediante una convivencia escénica que genera empatía y comunidad.
Una decena de espectáculos
Durante las tres jornadas se programaron diez espectáculos que combinaron estrenos absolutos, teatro, danza y propuestas de calle para todos los públicos. El martes 2 de diciembre arrancó con Sentadita me quedé, de Eva Escudier, una pieza íntima de danza aérea y circo en el Centro Cultural de la Villa. Por la tarde, el Parque de los Pintores acogió Con la cabeza en las nubes, de la compañía gallega SÖA, y el día cerró con El hilo del olvido, de Fernando Hurtado.
El miércoles 3 comenzó con Malena Ballena, de Titiritrán Teatro, seguido por Artiluso, de la vasca Markeliñe, y culminó con Dysphoria, de Histrión Teatro, una propuesta que fusionó texto, interpretación y estética audiovisual.
La última jornada incluyó el estreno absoluto de Hambre: anatomía de una revolución, de Silencio Danza; La nueva bestia, de Laura Morales; y Danzantes, del Proyecto Lanza. El cierre llegó de la mano de Pa la boda, de La Tirana Producciones, que abordó con humor y ternura los rituales sociales en torno al matrimonio.
Con esta primera edición, Mirador Sur a Escena se posiciona ya como un nuevo faro para la creación contemporánea y un espacio donde descubrir talento, compartir experiencias y fortalecer el tejido cultural andaluz.
