Pastora Soler ha decidido abrir su historia al público de manera directa y sin intermediarios. La cantante andaluza acaba de publicar "Cuando se apagan las luces, aparecen las estrellas", un repaso a su trayectoria personal y profesional, lleno de éxitos, pero también de obstáculos y momentos que dejaron huella.
En una entrevista en Y ahora Sonsoles, la artista se detuvo en su relación con su primer mánager, Luis Sanz, la persona que la descubrió y la acompañó en los primeros diez años de su carrera. "Cuando lo conocí, era el sueño de mi vida, era mi oportunidad. Estuve diez años con él, de los 15 a los 25, una edad complicada", explicó. "A mí me ha podido siempre la gratitud de que fue la persona que me dio la mano y me puso en el camino, a quien le debo todo. Tiene que haber esa persona que cree en ti".
"Nunca tenía nada bueno para él"
Sin embargo, la convivencia con su representante también tuvo su lado oscuro. "Para él nunca había nada bueno. Ni la nariz, ni la boca, que si estaba gorda… Todo era resaltar lo malo. Eso durante tanto tiempo te machaca y te crea complejos e inseguridades", relató. La cantante reconoce que, pese a la presión, logró imponer su criterio: "Me he dado cuenta de que era más fuerte de lo que creía porque lo soporté".
Pastora también recordó cómo el control del mánager afectó a su vida familiar y personal. "Mi madre fue muy dúctil y se dejó llevar por todo lo que él decía. Nos embaucó mucho a las dos. Por ejemplo, mis padres no me dejaron ir a la excursión de fin de curso a Italia porque mi mánager no quería. Esas cosas te marcan, no se olvidan", aseguró.
El bulo de su relación con Morante
Y, finalmente, aclaró el bulo que durante años ocupó titulares: su supuesto romance con Morante de la Puebla. "Incluso se inventó que Morante era mi novio, cuando yo ya tenía pareja. Lo único real es que habíamos salido a tomar unas copas en Matalascañas. Vio un filón y la prensa se hizo eco", explicó tajante. "Jamás hubo nada".
Hoy, Pastora asegura haber superado aquellos años y haber aprendido a proteger su vida privada. "No salí destrozada, pero sí crecí muy rápido. Ahora puedo mirar atrás y reconocer lo que me dañó y lo que me hizo fuerte", concluyó. Su libro es, según la artista, una manera de contar su historia con voz propia y cerrar etapas.
