La Cartuja Pickman, propietaria de la sociedad Ultralta y vinculada a la familia Zapata, ha trasladado tranquilidad a los clientes que habían pagado vajillas y no las habían recibido tras la paralización de la producción. Según ha informado Francisco Arroyo, socio de RSM y representante de la propiedad, en las próximas horas la compañía publicará en su página web un comunicado en el que se comprometerá a entregar los pedidos abonados con el stock disponible o, en caso de no contar con producto, a intentar reembolsar el dinero.
Durante los últimos meses, varios clientes han señalado que habían intentado contactar con la empresa sin éxito, sin recibir respuesta por teléfono ni correo electrónico. La situación ha motivado la presentación de denuncias ante la Policía Nacional y la Junta de Andalucía por presunta estafa, al considerar que Ultralta continuó cobrando vajillas mientras conocía que no podría cumplir con el convenio de acreedores y había paralizado la producción. Entre las preocupaciones de los afectados se encontraba la posibilidad de que el stock se vendiera posteriormente en un outlet con descuento.
El anuncio de la compañía se produce tras la aprobación por parte del Juzgado Mercantil 3 de Sevilla del auto de liquidación solicitado por Ultralta, luego de que Hacienda embargara sus cuentas por una deuda cercana a 800.000 euros y la Seguridad Social amenazara con hacer lo propio por un millón de euros pendiente en cotizaciones. Además, la empresa mantiene un débito de casi medio millón con el Fogasa y no ha abonado la última nómina a sus trabajadores, por un total de 45.000 euros. Será el liquidador quien determine cómo se resolverá la situación de los clientes, mediante la entrega de vajillas en stock o el reembolso del dinero.
Apoyo del Ayuntamiento
El Pleno del Ayuntamiento de Sevilla ha aprobado este miércoles una declaración institucional de apoyo a los empleados de La Cartuja Pickman. En ella se destaca la relevancia histórica e industrial de la fábrica, cerrada actualmente y cuyos 36 trabajadores se encuentran desde agosto bajo un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE). El comunicado subraya la importancia de la empresa como parte del patrimonio y de la memoria colectiva de la ciudad.
La Cartuja Pickman, establecida en el Monasterio de Santa María de las Cuevas desde 1841, ha combinado tradición industrial andaluza con técnicas de inspiración inglesa, consolidándose como una de las marcas más reconocidas de España y generando un legado de casi dos siglos de producción artesanal. La declaración municipal advierte de que su cierre supondría la pérdida de empleo directo y la desaparición de un elemento clave de la historia industrial sevillana.
Ante esta situación, el Ayuntamiento ha solicitado la implicación de todas las administraciones públicas, incluyendo el Gobierno central y la Junta de Andalucía, así como la participación de sindicatos representativos, para buscar soluciones estables y de largo plazo. Las propuestas incluyen un plan de inversiones, modernización de maquinaria e instalaciones, incorporación de procesos innovadores y un plan estratégico de comercialización nacional e internacional que permita el desarrollo futuro de la empresa.
