Aunque independizado de Lebrija en 1992, el año de la Expo, El Cuervo de Sevilla ha sido también, a su manera, un poco hijo del poeta Luis Sánchez García, nacido en este municipio sevillano, el último hacia Cádiz y tan característicamente a caballo entre las dos provincias. Es extraño que un poeta sea hijo de su pueblo y que, a su vez, también el pueblo sea hijo del poeta.
De algún modo, los pueblos no terminan de serlo hasta que no tienen su cantor. Les ha pasado, a lo grande, a todas las naciones de la tierra. Y, salvando las distancias, eso mismo le pasó a El Cuervo, donde el poeta Sánchez García había nacido en 1960, el año de su independencia administrativa. Él lo sabía de sobra cuando dejó dicho y escrito: “Lo peor no es perder la memoria, sino que mi pasado no se acuerde de mí”.
Fue en 1992 —cuando Luis tenía la edad del famoso Miguel Hernández al morir, es decir, 31 años— cuando compuso un poema al vuelo iniciático de un pueblo, el suyo, con nombre de pájaro. “En busca del sustento, / pueblos desterrados, / acuden precipitados, / a forjar tu nacimiento. (…) Naciste con el coraje, / de la espiga que perdura, / siendo hoy tu altura, la que pide un nuevo traje”, escribió en aquella joya literaria tan trascendente que el propio Ayuntamiento de la joven localidad inauguró, en 2021, una placa con estos versos en uno de sus lugares históricos, la Casa de Postas, como reconocimiento a la sensibilidad de Luis Sánchez García con su pueblo.
En aquella ocasión, el propio escritor insistió en que el poema tenía “la misma edad que El Cuervo independiente”, y fue su manera de subrayar la unión entre su creación literaria y aquel hito fundamental de la historia local. “Dehesa de plumaje escueto, / laguna tantas veces abatidas, / encerráis en vuestra herida, / el mayor de los secretos. / Teñida de blanco tu pureza, un pájaro te vela en calma, / mientras te atraviesa el alma, / una serpiente de dos cabezas”, continuaba aquel poema a base de redondillas que concluía así: “Como los campos llenos de rocío, / en la alegría de su labranza, / mantén por siempre la esperanza, / ¡y vuelva alto, Cuervo mío!”.
Esta mañana de lunes, inesperadamente, ha muerto el autor de estos versos. Tras haber sufrido una caída este domingo en el baño, se desconoce aún la causa de su fallecimiento. El próximo 16 de noviembre iba a cumplir 65 años.
"Llego a la poesía sin remisión"
Aquel poema dedicado a El Cuervo formaría parte, 12 años después, de su primer poemario, Eres luz si amanece, editado por el Ayuntamiento en 2004. No sería hasta 2015 cuando el Ateneo Arbonaida de la localidad, que siempre encontró en Luis el emblema de su propia esencia y la corporeización de su propia ideología, le editó mediante micromecenazgos su segundo y último poemario hasta ahora, titulado Lo inefable del tiempo, que incluía ya la poesía más madura de un autor que seguía siendo humilde, memorioso y autodidacta.
Luis Sánchez García fue poco a la escuela, según testimonio propio. “Llego a la poesía sin remisión, necesitado de respuesta porque sé que existo, porque oigo a veces el eco de mis pies en los caminos y tengo cicatrices en el alma, porque tengo un pájaro dormido entre los labios y, en los ojos, un mar que está llamándome bajo un vuelo insaciable de gaviotas”, escribió para la contraportada de aquel último libro publicado hace una década, prologado por uno de los máximos artífices del Ateneo Arbonaida, Gonzalo Amarillo, que hoy, abatido por la inesperada muerte del poeta, ha subrayado que “Luis representa todo lo que este Ateneo es y aspira a ser”, y ha añadido, en clave andalucista: “Ahora nos toca trabajar duro para volver a ser lo que fuimos para que la luz de tu memoria y de tu testamento poética sigan encendidas. No se nos ocurre otra forma de no tener que despedirnos de ti jamás”.
En el Ateneo Arbonaida siempre han subrayado el paralelismo entre este poeta local (y universal a la vez) y el hijo del célebre cantaor flamenco Juaniquín, el de la Choza que dio en estos últimos años para un humilde y nutrido festival en la Casa de Postas organizado por el ateneo y bautizado con el nombre de La Choza de Juaniquín. Aquel hijo perdío de una de sus más famosas soleares, el gitano anarquista Casto Moreno Vargas, fundó en El Cuervo, en el republicano año de 1933, el Ateneo Amantes del Progreso y se dedicó a enseñar altruistamente a los jornaleros de una localidad que por aquel entonces no superaría los 400 vecinos.
Con la muerte del poeta Luis Sánchez García, que cantó a la infancia, a la memoria, a la injusticia, al tiempo y a la identidad, a todo el pueblo se le va otro referente indispensable. Su funeral será mañana por la mañana, a las 10.00 horas, en la capilla del tanatorio del cementerio municipal. Su cuerpo ya descansa en paz, pero su poesía retomará ahora el vuelo que merece.