Una rotura en el colector que bordea la playa de Bonanza ha llevado al Ayuntamiento de Sanlúcar y a Aqualia, empresa concesionaria del ciclo integral del agua, a coordinar una intervención urgente. La avería, según han informado fuentes municipales, está relacionada con la “falta de inversiones y de mantenimiento durante más de 30 años”, lo que ha deteriorado la infraestructura que gestiona el sistema de alivio de aguas en la zona costera. Esta incidencia ha dado lugar a vertidos de aguas fecales que han causado molestias a los vecinos.
La situación fue detallada en una visita a la playa por parte del teniente de alcaldesa responsable del Área de Economía, Hacienda e Infraestructuras, David González, y la delegada de Medio Ambiente y Playas, Carmen Pozo, acompañados por Aarón Quesada, jefe de Redes de Aqualia. Según explicaron, el aliviadero se mantiene abierto de forma temporal, ya que un cierre forzoso del sistema “provocaría un perjuicio mayor” a los residentes al producirse desbordamientos de agua en las zonas habitadas.
Desde el gobierno local aseguran que la reparación se llevará a cabo “lo más pronto posible”, concretamente tras la Feria de la Manzanilla, cuando está prevista la renovación del tramo afectado del colector, que comprende 120 metros de tubería. Este plan de intervención pretende solventar de forma definitiva la incidencia y prevenir nuevas averías en un punto crítico del litoral sanluqueño.
Críticas cruzadas
Durante su intervención, David González aprovechó para censurar las críticas “oportunistas” del Partido Popular, que ha cuestionado la gestión de esta crisis. El edil pidió a la portavoz del PP, Carmen Pérez, una “oposición constructiva”, y le instó a explicar en qué se invertirán los fondos derivados de la subida del 110,6% en el precio del agua en alta, aprobada por el PP en el seno del Consorcio de Aguas de la Zona Gaditana.
Con esta actuación conjunta, el Ayuntamiento y Aqualia buscan revertir décadas de desatención en una infraestructura clave para la salud ambiental de la playa de Bonanza. La prioridad, subrayan, es minimizar el impacto en la población y el entorno, mientras se ejecuta una solución técnica definitiva que garantice el correcto funcionamiento del sistema de saneamiento.
