Ubrique es el único pueblo de Cádiz que mantiene este ritual ancestral que la Junta declara Bien de Interés Cultural

La Crujía de los Gamones, que combina fuego, sonido y tradición popular, se convierte en una de las expresiones etnológicas más singulares del patrimonio andaluz

Una niña durante una pasada Crujía de los Gamones en Ubrique.
08 de octubre de 2025 a las 13:31h

La Junta de Andalucía ha iniciado el procedimiento para proteger la Crujía de los Gamones de Ubrique, en la Sierra de Cádiz, como Bien de Interés Cultural (BIC) dentro del Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz (CGPHA), en la tipología de Actividad de Interés Etnológico.

El anuncio, realizado por la Consejería de Cultura y Deporte, dirigida por Patricia del Pozo, supone el reconocimiento institucional a una de las tradiciones populares más singulares de la Sierra de Cádiz, que se celebra cada año en la noche de las Candelas, el sábado más próximo al 3 de mayo, coincidiendo con el Día de la Cruz.

Un ritual ancestral en torno al fuego y la comunidad

La Crujía de los Gamones es una fiesta viva y en auge, estrechamente ligada al paisaje serrano y a la identidad del municipio. Durante la celebración, los vecinos de Ubrique hacen estallar centenares de gamones —plantas del género Asphodelus spp— al calentarlos bajo la lumbre de las hogueras distribuidas por las calles y plazas.

Este ritual tiene raíces agrícolas y simbólicas: los lugareños tradicionalmente usaban los gamones para predecir la bonanza de las cosechas, reflejada en el dicho popular: “Año de gamones, año de montones”. Además, la quema de la planta servía como tarea de limpieza y depuración de los campos en torno al municipio.

Transmisión generacional y valor etnológico

La práctica del “crujir del gamón” se transmite de padres a hijos, como una enseñanza familiar y una vivencia colectiva que refuerza la identidad local. Los preparativos, las reuniones vecinales en torno a las hogueras, las comidas compartidas y las charlas junto al fuego conforman una expresión de cohesión social que define la esencia del pueblo de Ubrique.

La Consejería destaca la fuerte carga sensorial del ritual, que combina detonaciones, aromas de la hoguera y colorido popular, otorgando al espacio festivo un valor auditivo, olfativo y visual único. La experiencia trasciende lo individual y se convierte en un símbolo colectivo, reflejo del arraigo y la memoria popular.

Protección y continuidad de una tradición única

Con su declaración como Bien de Interés Cultural, la Junta garantiza la protección legal y patrimonial de esta celebración, asegurando su perdurabilidad en el tiempo y su transmisión a futuras generaciones.

Ubrique es el único municipio de la provincia de Cádiz donde se mantiene viva esta práctica, que cada año congrega a vecinos y visitantes en una experiencia de participación abierta y festiva, donde el fuego y el sonido de los gamones se convierten en emblemas de identidad andaluza.

Sobre el autor

J. A. Armario

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