La pequeña localidad de Benamahoma, perteneciente al municipio de Grazalema, se vestirá de historia y tradición del 1 al 4 de agosto, con una de sus citas más emblemáticas: las Luchas entre Moros y Cristianos. Un evento de fuerte arraigo cultural que cada año atrae a decenas de visitantes deseosos de disfrutar de una recreación festiva que combina teatralidad, identidad y ambiente popular.
Durante esos cuatro días, el pueblo rememorará el enfrentamiento entre los dos bandos que simboliza el secuestro y posterior rescate de San Antonio de Padua, patrón de la localidad. La celebración, declarada Fiesta de Interés Turístico de Andalucía, no es solo una representación histórica, sino también una fiesta viva que transforma las calles de Benamahoma en un escenario al aire libre, donde no faltan los combates cuerpo a cuerpo, los diálogos tradicionales y la entrega absoluta de sus habitantes.
Desde la Diputación de Cádiz, el vicepresidente primero Juancho Ortiz ha manifestado que esta celebración es un ejemplo de cómo una tradición local puede convertirse en motor de promoción y desarrollo. Ha recalcado que la Diputación se involucra como un aliado estratégico no solo en lo turístico, sino también en el desarrollo económico y social de los municipios. Destacó además que esta fiesta es ya un referente provincial, abriendo el camino para otras iniciativas similares en Cádiz.
Por su parte, el alcalde de Grazalema, Carlos Javier García Ramírez, ha subrayado el valor añadido que este tipo de eventos aporta a la oferta turística del interior de la provincia, especialmente en temporada alta, cuando el foco suele estar en la costa. Ha señalado que es una oportunidad única para disfrutar de un pueblo entero entregado a su fiesta más genuina.
María del Carmen Fernández Sánchez, concejala delegada de Alcaldía en Benamahoma, ha resaltado que el programa no se limita a la representación histórica, sino que incluye un amplio abanico de actividades para todos los públicos. Ha insistido en la importancia de transmitir esta tradición a los más jóvenes como un legado identitario.
El programa comienza el viernes 1 de agosto a las 22:00 con el encendido del alumbrado extraordinario, seguido del cortejo y coronación de las reinas mora y cristiana, para terminar la noche con una verbena. El sábado y el domingo desde las 10:00 se desarrollan las recreaciones históricas por las calles, junto a conciertos, sueltas de vaquillas, charangas y más actividades. El lunes 4, a modo de despedida, se instalará un tobogán acuático en la calle Real y se mantendrá la animación festiva hasta bien entrada la noche.
La Asociación de Moros y Cristianos, con más de 30 personas en cada bando ataviadas con vestimentas fieles a la época, pone todo su empeño en dotar de realismo al evento, rememorando primero la victoria musulmana y, finalmente, la revancha cristiana. Una tradición que sigue viva gracias al compromiso de un pueblo que no olvida sus raíces.