El agua de consumo humano de Bornos y Villamartín, localidades de la Sierra de Cádiz, están al límite de contaminación por alta concentración de nitratos. Es la advertencia que hacen desde AMA Natura-Ecologistas en Acción, que detecta en estas poblaciones unos valores que están muy cerca de superar el límite legal de 50 mg/L establecido por el Real Decreto 3/2023.
El Sistema de Información Nacional de Aguas de Consumo (Sinac) ha registrado en la red de abastecimiento de La Fábrica —que cubre al 60,37 % de los habitantes de Bornos— niveles que rozan el límite legal en múltiples ocasiones durante los últimos cinco años.
En análisis recientes se han alcanzado cifras como 48,9 mg/L (enero de 2022) y 47,5 mg/L (julio de 2021), situándose repetidamente por encima de los 43 mg/L. Otras redes como El Pinar y Barriada Manuel Soto presentan cifras similares, con un preocupante 49 mg/L detectado en diciembre de 2020.
En contraste, la red Molino Ancho, que abastece a un 34,59 % de la población, mantiene niveles más bajos, entre 14 y 16 mg/L, dentro de márgenes aceptables.
Aunque esta agua sigue siendo legalmente apta para el consumo, AMA Natura advierte que su exposición continuada puede aumentar el riesgo de metahemoglobinemia en bebés y, a largo plazo, favorecer la aparición de cánceres, como el colorrectal.
Villamartín, la segunda localidad más afectada
En Villamartín, la situación también genera preocupación. En los últimos diez años, los análisis del SINAC han revelado picos de hasta 49 mg/L (2015) y valores que se han mantenido por encima de los 30 mg/L incluso en los análisis más recientes (2025). La organización ecologista recuerda que estas concentraciones son consecuencia directa del uso masivo de fertilizantes nitrogenados en la agricultura intensiva, especialmente en cultivos de regadío.
Ante esta situación, AMA Natura-Ecologistas en Acción exige al Gobierno una revisión urgente del Real Decreto 3/2023, para reducir el umbral legal permitido de nitratos en el agua potable. “Es inadmisible que se permitan 50 mg/L de nitratos en agua de boca cuando el límite para ecosistemas fluviales es la mitad”, denuncian.
Un modelo agrícola en entredicho
La organización también hace un llamamiento a replantear el actual modelo de agricultura intensiva, al que califican de insostenible y gran responsable de la contaminación de aguas subterráneas y superficiales. Entre las medidas urgentes reclaman reducir el uso de abonos nitrogenados y frenar la expansión de regadíos y de la ganadería intensiva, que agravan el problema ambiental y sanitario.