San Fernando ha aprobado la regulación de su Zona de Bajas Emisiones (ZBE), un paso que, según el Ayuntamiento, formaliza un modelo de movilidad ya asentado en la ciudad desde hace años. La medida responde a la obligación marcada por la Ley de Cambio Climático y Transición Energética, que exige a todos los municipios de más de 50.000 habitantes implantar estas áreas antes de que finalice el año. En el caso isleño, el Consistorio subraya que no supondrá cambios bruscos para la ciudadanía, ya que el centro urbano funciona desde hace tiempo bajo parámetros similares.
El núcleo histórico de San Fernando comenzó su transformación con la construcción del tranvía, que implicó la supresión del tráfico en la calle Real. Posteriormente, se retiraron vehículos de plazas emblemáticas, como la Plaza del Rey y el entorno del mercado, y se eliminaron accesos a vías transversales del eje central, como Murillo, Larraz y Almirante Cervera. También se redujo el número de plazas de aparcamiento y se implantaron plataformas únicas que priorizan al peatón.
La nueva ZBE abarcará principalmente el centro y las zonas incluidas en el Plan Especial de Protección y Reforma Interior del Casco Histórico (Peprich). Los residentes tendrán prioridad para circular en su interior, mientras que el resto de vehículos deberán utilizar las vías perimetrales. El Ayuntamiento fomentará el uso de aparcamientos tácticos y subterráneos para quienes necesiten acceder, con el fin de reducir el tráfico en el corazón histórico.
En este espacio ya operan tres ejes transversales —Ronda del Estero, León Herrero y Pery Junquera— que, con la entrada en vigor de la regulación, quedarán reservados a vehículos de máxima eficiencia ecológica. El objetivo, apunta el Consistorio, es reforzar un modelo urbano "pensado para las personas, la economía, los mayores, los niños y el ocio", al tiempo que se garantiza una mejor calidad del aire.
San Fernando ha sido reconocida por la Agencia Europea de Medio Ambiente como la ciudad con el aire más limpio de España y una de las más limpias de Europa. Un reconocimiento que el Ayuntamiento atribuye tanto a factores geográficos como a la planificación urbana y a la red de transporte público, que incluye autobuses urbanos, tranvía y trenes de cercanías.
Varias fases para su implantación
La implantación de la ZBE será progresiva. En una primera fase, durante el primer año, las restricciones solo se aplicarán entre las 20.00 y las 8.00 horas, permitiéndose la circulación únicamente a vehículos con distintivo ambiental 0 emisiones, ECO o C. Los turismos con etiqueta B o sin distintivo, así como los más antiguos, tendrán el acceso prohibido en ese horario. La segunda fase, a partir del segundo año, ampliará la franja restringida desde las 15.00 hasta las 8.00 horas.
El Consistorio insiste en que la estrategia se ha desarrollado de forma flexible, evitando medidas que puedan generar rechazo. No habrá obras nuevas porque la transformación urbana ya se ha ejecutado en los últimos años, ganando espacio para el peatón, el comercio local y la convivencia. Entre las actuaciones recientes destaca el desdoble de la avenida Pery Junquera, clave para mejorar los accesos a la ciudad.
Otra medida complementaria ha sido la creación de aparcamientos tácticos en las entradas de la ciudad, que facilitan dejar el vehículo a pocos minutos del centro. Esta red, junto con los aparcamientos subterráneos, busca reducir el volumen de coches en las calles más transitadas y reforzar el carácter peatonal del casco histórico.
Para garantizar una adaptación ordenada, el Ayuntamiento ha mantenido reuniones con federaciones vecinales, asociaciones de comercio y hostelería, y colectivos profesionales como el sector del taxi.