San Fernando es una joya de la costa gaditana que esconde rincones únicos. Espacios con historia, misterio y belleza natural, perfectos para un plan turístico diferente este verano y sin atracar los bolsillos. Desde hallazgos arqueológicos milenarios hasta muelles cargados de historia, esta ciudad andaluza ofrece mucho más de lo que aparenta a simple vista. Y todo ello, con entrada libre.
El 'Abrazo eterno'
Entre sus tesoros más valiosos se encuentra el llamado Abrazo eterno, una pieza arqueológica de 6.000 años de antigüedad que no deja indiferente a nadie. Se trata de dos esqueletos abrazados que descansan en el Castillo de San Romualdo, y cuya historia conmueve. Fueron hallados en 2007 durante las obras del Campo de Hockey en Camposoto, dentro de una necrópolis neolítica. Algunos enterramientos eran individuales, pero una fosa en especial sorprendió por el descubrimiento de dos cuerpos enfrentados, unidos en un abrazo que el tiempo no ha podido romper.
Según ha recogido la delegación de Turismo en sus redes sociales, aunque aún se desconoce la relación exacta entre ambos, los expertos coinciden en que pertenecían a un poblado neolítico que vivía de los recursos marinos de la zona. Una historia tan enigmática como conmovedora que se puede descubrir de martes a domingos, entre las 10.00 y las 14.00 horas. La entrada es libre, lo que lo convierte en un plan perfecto para los curiosos de la historia.
El Ayuntamiento más grande de Andalucía
Otro de los gigantes patrimoniales de San Fernando es su Ayuntamiento, considerado el más grande de Andalucía. Cuando cae la noche, su imponente figura junto a la Plaza del Rey se ilumina y se convierte en uno de los paisajes más majestuosos de la ciudad. Su historia se remonta a 1773, cuando los terrenos conocidos como "El Palmarete" fueron donados por Petronila y Pedro Lorión, dos vecinos de Cádiz.
Durante este verano se puede visitar por dentro los lunes y jueves a las 10.30 y 12.00 horas. Una oportunidad única para explorar sus pasillos cargados de historia y entender por qué es uno de los edificios más representativos de la ciudad. El acceso es gratuito, así que no hay excusas para perdérselo.
Una iglesia con majestuosas lámparas
Dentro de la Base Naval de La Carraca, se alza otro rincón imprescindible: la Iglesia de Nuestra Señora del Rosario. Su sobria fachada de estilo neoclásico contrasta con el esplendor de su interior, donde destaca una sola nave flanqueada por altares laterales. En el centro, el Altar Mayor presidido por la Virgen del Rosario se ilumina con cinco lámparas de araña de cristal tallado que hacen de este lugar un espectáculo visual.
Las visitas guiadas están disponibles los viernes por la tarde a las 19.00 horas, durante los meses de verano. Eso sí, es imprescindible reservar con antelación y acudir con vehículo propio, ya que es necesario facilitar modelo, color y matrícula. Las reservas se gestionan a través de la web oficial de Turismo.
Ocaso en un muelle histórico
Para quienes buscan experiencias al aire libre con historia incluida, el Muelle de Gallineras ofrece una puesta de sol diferente cada día. Muy cerca del Cerro de los Mártires, este enclave fue testigo de momentos históricos clave. Desde aquí partieron embarcaciones romanas rumbo a Tingitania, y en el año 304, el prefecto Viator zarpó hacia África tras ordenar la ejecución de San Servando y San Germán.
Más tarde, en 1820, el general Riego salió desde este mismo muelle rumbo a Cádiz con el objetivo de iniciar una rebelión. Historias que flotan en el ambiente mientras el sol se despide sobre el horizonte.
