Tras el golpe histórico contra el narcotráfico en Sanlúcar, la Guardia Civil ha abortado un importante alijo de hachís que pretendía ser introducido por la costa de Chipiona (Cádiz). El operativo se puso en marcha tras la detección, por parte del Sistema Integral de Vigilancia Exterior (SIVE), de una embarcación que navegaba de forma sospechosa al oeste del litoral gaditano. Los agentes activaron un dispositivo urgente al considerar que podría tratarse de un intento de desembarco de droga.
Dos patrulleras marítimas y un helicóptero se unieron al seguimiento coordinado de la lancha sospechosa. Desde el aire se confirmó que transportaba fardos de arpillera y petacas de combustible, una señal habitual en los traslados de hachís desde el norte de África hacia las costas andaluzas. Los efectivos se prepararon entonces para interceptar la embarcación antes de que alcanzara tierra firme.
Persecución en alta mar y detención de los tripulantes
Durante la operación, la embarcación principal emprendió la huida al percatarse de la presencia policial, recibiendo el apoyo de otras dos lanchas de alta velocidad que trataron de obstaculizar la labor de los agentes. Sin embargo, gracias a las maniobras conjuntas desde el mar y el aire, la Guardia Civil logró interceptar una de las naves, de 14 metros de eslora y equipada con cuatro motores de 350 caballos. En su interior se hallaron 1.700 kilos de hachís, y se procedió a la detención de los cuatro tripulantes.
Pocas horas después, en una segunda intervención, agentes del SIVE detectaron un movimiento inusual en la playa de Aguadulce, en el municipio de Rota. Varias personas estaban acumulando petacas de combustible junto al mar, aparentemente para repostar embarcaciones vinculadas al tráfico de drogas. Las patrullas desplazadas al lugar lograron abortar la operación e incautaron 114 garrafas de combustible, además de otras diez localizadas en una lancha neumática abandonada.
La Guardia Civil destacó la eficacia del trabajo coordinado entre sus diferentes unidades —el SIVE, el Servicio Marítimo Provincial de Cádiz y la Unidad Aérea con base en Rota—, que permitió frustrar el intento de alijo y evitar la huida de los implicados. Con este operativo, se refuerza la presión sobre las rutas marítimas del narcotráfico que operan en el Golfo de Cádiz, una de las zonas más vigiladas del litoral andaluz.
Las investigaciones continúan abiertas para determinar la procedencia exacta del estupefaciente y la posible conexión de los detenidos con redes de tráfico internacional. La Guardia Civil mantiene desplegados sus medios de vigilancia en la costa con el objetivo de prevenir nuevos intentos de desembarco en las próximas semanas.