Guillermo sufrió un ataque de ansiedad cuando supo que le habían robado a "sus niñas"

Pacma denuncia la desaparición del rebaño del pastor algecireño que la Junta de Andalucía pretendía sacrificar

El pastor Guillermo Cana, con sus ovejas. FOTO: PACMA CÁDIZ

El partido animalista Pacma denuncia que, durante la tarde del 1 de agosto, y tras atender a los medios en su propio hogar, Guillermo Cana y su hija fueron a hacer la compra como cualquier y al regresar se percataron de que habían forzado el candado del vallado donde se encontraban sus ovejas, que iban a ser sacrificadas por la Junta de Andalucía y de que no había ni rastro de los animales.

Guillermo tuvo que acudir a Urgencias ya que sufrió un ataque de ansiedad cuando vio que "sus niñas", cómo él las llama, no estaban allí. La familia interpuso una denuncia en la Policía, alegando que ante la difusión mediática que el caso ha provocado ante la ciudadanía, ha podido ser cualquiera para evitar el fatal desenlace que la Junta había dictaminado sobre los animales.

Desde Pacma señalan que, desde el principio, el propósito de sus acciones era salvar la vida de estos animales por el cauce legal. "Creemos que habría sido todo un preferente a seguir que el resultado final hubiese sido facilitar las pruebas veterinarias a las ovejas para terminar el caso demostrando que su estado de salud era impecable".

Dado que los técnicos de las Oficinas Comarcales Agrarias (OCA) son veterinarios, señalan los animalistas, "habría sido una ocasión magnífica para demostrar la vocación que se ha de tener en esa profesión de salvaguardar la vida de los animales y hacer que la justicia se cumpla sin tener que derramar sangre".

El equipo jurídico de Pacma,  después de la propuesta de resolución recibida por parte de la Junta de Andalucía de sacrificar en diez días a las ovejas, había presentado nuevas alegaciones para continuar así con la petición a la Junta de que permitiese tanto realizar las analíticas pertinentes que demostrasen que las ovejas estaban libres de enfermedad como que se autorizara su traslado al Santuario La voz Animal de Madrid, que se había ofrecido a acoger a los nueve animales y legalizar su situación.

"Si la Junta, carente de conciencia y coherencia, hubiese colaborado en ayudar a poner en regla al pequeño rebaño, nada de esto habría ocurrido. Esperamos, por el bien de las ovejas y de su pastor, que las adora, que estén en buenas manos y estos malogrados hechos hayan sido para salvarles la vida", lamentan desde Pacma.