La Guardia Civil de Cádiz ha asestado un nuevo golpe al narcotráfico en el Campo de Gibraltar con la incautación de 18 embarcaciones utilizadas para abastecer logísticamente a las Embarcaciones de Alta Velocidad (EAV), clave para el transporte de droga desde Marruecos.
Durante el mes de mayo, los agentes han requisado un total de 766 garrafas de combustible, lo que representa 19.153 litros de gasolina dispuestos en petacas. Todo este material estaba destinado a alimentar las potentes lanchas utilizadas por las redes criminales para cruzar el Estrecho.
Un riesgo explosivo para la ciudadanía
La operación, desarrollada por diversas unidades terrestres y marítimas de la Comandancia de Cádiz, busca frenar una actividad que, además de ser ilegal, supone un grave riesgo para la población civil. Las garrafas, muchas veces transportadas en furgonetas camufladas como surtidores móviles, podrían provocar explosiones con consecuencias devastadoras.
“Estas furgonetas circulan por núcleos urbanos, poniendo en peligro a vecinos y familias, en caso de una ignición fortuita”, señalan desde la Benemérita. Incluso por vía marítima, el transporte de gasolina se convierte en un riesgo para las personas que, a cambio de dinero rápido, se juegan la vida al participar en esta cadena delictiva.
El trasiego de combustible es uno de los eslabones fundamentales para mantener el negocio del narcotráfico a gran escala, especialmente en una zona tan caliente como el Campo de Gibraltar, donde las lanchas rápidas operan con frecuencia en rutas altamente vigiladas.
Narcotráfico y logística ilegal
La incautación de estas embarcaciones responde a una estrategia de presión logística sobre las redes delictivas, que necesitan repostar en alta mar para evitar ser detectadas. Sin gasolina, las EAV no pueden completar sus rutas, lo que representa un duro revés para los clanes.
Además de poner en peligro la vida de quienes colaboran con estas estructuras criminales, estas actividades generan un impacto negativo en la sociedad: desde inseguridad ciudadana hasta contaminación por vertido ilegal de carburantes.
Desde la Guardia Civil aseguran que las operaciones seguirán intensificándose para desmantelar las redes de abastecimiento y cortar de raíz cualquier infraestructura que permita al narco mantener su actividad.