Conil ha inaugurado un nuevo mural en el marco del proyecto Innova Janda, una iniciativa que apuesta por el arte urbano como herramienta para poner en valor la tradición, los sectores productivos y la identidad de la comarca. La obra, creada por el artista barbateño Francisco Alvarado, conocido como Hoko, rinde homenaje a los trabajadores del campo y del mar, dos pilares históricos de la economía y la cultura conileña.
El acto contó con la presencia de Antonio Aragón, diputado de Asistencia a Municipios y teniente de alcaldesa de Conil, la alcaldesa Inmaculada Sánchez y el presidente de la Mancomunidad de Municipios de La Janda, Javier Rodríguez. Todos ellos participaron en la inauguración de la obra, que se encuentra en el cruce de la carretera CA-213 con la Avenida Dolores Ibarruri, un punto de gran visibilidad en la localidad.
Este mural forma parte de la segunda edición de Murales de La Janda, un programa incluido en el proyecto Innova Janda que está financiado por la Diputación de Cádiz y coordinado por la Mancomunidad. Su objetivo es impulsar la innovación y mejorar la competitividad de los sectores estratégicos de la zona a través de expresiones artísticas que dialoguen con el espacio público.
El proyecto ya tuvo una gran acogida en su primera edición y se está extendiendo a distintos municipios de la comarca. Tras la reciente inauguración de otro mural en Paterna, Medina Sidonia será la siguiente localidad en acoger una obra de similares características. Con ello, se busca tejer un recorrido artístico y cultural que, además de embellecer los espacios urbanos, conecte a los vecinos con sus raíces.
Una imagen de las raíces de Conil
Durante la inauguración, Antonio Aragón destacó la capacidad del artista para condensar en esta obra la importancia del trabajo agrícola y pesquero. "El mural refleja la esencia y las raíces de Conil", afirmó el diputado provincial, subrayando que los trabajadores del campo y del mar han sido fundamentales para convertir los productos de la localidad en referentes gastronómicos de primer nivel.
El mural se estructura en dos escenas diferenciadas que representan la dualidad de la tradición conileña. Una de ellas hace referencia a la vendimia y a la huerta, símbolos de la agricultura de la zona. La otra muestra a un hombre y a una mujer reparando redes de pesca en la playa, un oficio que sigue marcando la identidad marinera del municipio.
Hoko, artista con amplia experiencia en murales urbanos, ha sabido captar la esencia de estos oficios con un estilo respetuoso y elegante. Sus composiciones destacan por el uso del color y el equilibrio entre modernidad y tradición, lo que le ha permitido conectar con los habitantes de los pueblos en los que interviene.