Uno de los detalles más impactantes de las fabulosas playas de la provincia de Cádiz es la presencia de búnkeres, las estructuras defensivas con o sin artillería dentro, de nombre alemán y construidas esencialmente en la década de los años 40 sobre cerros y rocas, en altura.
Su teórica finalidad era vigilar el tráfico marítimo en tiempos de guerra (especialmente la mundial, entre 1939 y 1945) por el estratégico Estrecho de Gibraltar. Incluso, llegado el caso, rechazar una invasión llegada desde el océano, que la conspiranoia no es un fenómeno nuevo.
Un documental hecho con muchas manos gaditanas detalla y recupera ese plan de construcción, llamado oficialmente Fortificación Frontera Sur.
Desvela que su objetivo último era la ocupación de la colonia británica del peñón de Gibraltar para así controlar la entrada y salida de todo el Mediterráneo.
El proyecto era idea e iniciativa de Franco pero contaba con la alianza con Hitler y Mussolini. Los tres se habrían repartido el Estrecho y Gibraltar siempre que los fascistas ganaran la guerra.
Como el resultado fue el contrario, la ofensiva quedó en el olvido, con estas estructuras como testamento tétrico sobre las costas de toda la provincia de Cádiz, especialmente concentrados entre la capital de la provincia y Tarifa.
Trabajos forzados en "situación de esclavitud"
El frustrado, criminal y ambicioso plan, según desvela este largometraje de 96 minutos, se puso en marcha en el marco de la II Guerra Mundial, nada más concluir la Guerra Civil. Se aceleró especialmente entre 1940 y 1943,cuando los pronósticos de victoria eran más favorables a los nazis.
Búnkeres, baterías artilleras, nidos de ametralladoras y kilómetros de carreteras fueron levantados en un tiempo asombroso que se pudo contar en meses. Para poder construir a tal velocidad era necesaria mucha mano de obra con un ritmo brutal. Obreros "jóvenes, sanos y fuertes, resistentes".
Esta película confirma con múltiples testimonios y documentos que "30.000 prisioneros del franquismo" fueron los que levantaron todos estos búnkeres y defensas, en muchos casos a costa de su vida.
Esos trabajadores forzados, según demuestra la pieza, se realizaban en "una situación de esclavitud". Tan terribles eran las condiciones que "muchos de ellos encontraron allí la muerte".
El documental La Muralla de los prisioneros está dirigido por el cineasta José Luis Tirado, rescata del olvido este desconocido episodio de los Batallones Disciplinarios -formados por presos- en el Campo de Gibraltar.
Tras su estreno en el Festival de Cine Europeo de Sevilla, la película inicia un recorrido por cines de toda Andalucía y otros certámenes, antes de su llegada a plataformas de distribución televisiva. Está producido por ZAP producciones contó con la colaboración de la Asociación Memoria Olvido de Algeciras, la Diputación de Cádiz, los ayuntamientos de Los Barrios y de San Roque o la Mancomunidad de La Janda.
Entre los "esclavos" usados para levantar los búnkeres de la costa gaditana "había muchos gallegos, que habían huido a Portugal y los cogieron cuando regresaron. Muchos iban descalzos", recuerda Paulino Pallás, uno de los supervivientes entrevistados en la película.
"En agosto de 1941 hasta 41 compañeros murieron por comer hierbas venenosas"
"Nunca olvidaré que, en agosto de 1941, hasta 41 compañeros murieron por comer hierbas venenosas, del hambre que tenían", añade este prisionero cuya historia se rescata en la obra. La muralla de los prisioneros cuenta con la participación de los historiadores José Luis Gutiérrez Molina, José María García Márquez, Pura Sánchez, Jennifer Ballantine y José Manuel Algarbani.
También recoge los recuerdos y vivencias de vecinos del Campo de Gibraltar, testigos directos de lo que ocurrió, como Manuel Perea, Francisco Gutiérrez, José Chico o Ignacio Morales, entre otros. Junto a estos testimonios, imágenes inéditas del traslado de cañones de largo alcance o de las propias obras de construcción componen una película que rescata del olvido un terrible episodio de la represión franquista.
