Terrible caso de trata en Valdelagrana: un piso funcionaba como prostíbulo con mujeres forzadas que ni podían salir a la calle

La Policía Nacional ha detenido a una mujer e investiga a otra por forzar al ejercicio de la prostitución

Viviendas en Valdelagrana, en una imagen de archivo.
Viviendas en Valdelagrana, en una imagen de archivo. MANU GARCÍA
27 de octubre de 2025 a las 16:46h

La Policía Nacional ha desactivado un piso dedicado a la prostitución en la zona de Valdelagrana, en El Puerto, donde presuntamente varias mujeres eran explotadas sexualmente. En la operación, los agentes han detenido a una mujer como principal responsable de un delito de explotación sexual, mientras que otra ha sido investigada aunque no llegó a ser arrestada.

Según ha informado el cuerpo policial en un comunicado, las investigaciones comenzaron tras recibir un aviso sobre la existencia de un inmueble en el que varias mujeres podrían estar siendo forzadas a ejercer la prostitución. Al acudir al lugar, los agentes comprobaron que el piso ya no estaba en funcionamiento, pero las pesquisas continuaron con el objetivo de identificar tanto a las posibles víctimas como a quienes se beneficiaban económicamente de la explotación.

Durante la investigación, los agentes descubrieron que la mujer arrestada regentaba el piso y obtenía el beneficio íntegro del dinero que las víctimas generaban. Según las mismas fuentes, obligaba a las mujeres a realizar actos sexuales en contra de su voluntad y las coaccionaba para consumir alcohol y drogas con los clientes.

Además, se ha sabido que la detenida dejaba al mando a otra mujer, quien se encargaba de controlar a las víctimas y de manejar la droga. Esta colaboradora impedía que las jóvenes abandonaran el domicilio sin su permiso, gestionaba los anuncios en páginas sexuales, coordinaba los contactos con los clientes y llevaba la contabilidad de los ingresos obtenidos.

Las víctimas, según la Policía, permanecían disponibles las 24 horas del día, los siete días de la semana, sin descanso ni remuneración. En algunos casos, incluso eran encerradas dentro del piso cuando la encargada salía con alguna de ellas.

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Pablo Fdez. Quintanilla

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