Día 31 de octubre. La noche de Halloween muchas personas participaron en actividades de todo tipo para pasarlo de miedo. Javier decidió ir con su pareja a una ruta guiada por el palacio de Purullena, ubicado en la calle Cruces en El Puerto, en la que contarían las leyendas y misterios que esconde este singular inmueble datado del siglo XVIII.
El portuense abonó un total de 30 euros, 15 euros cada entrada, y acudió al punto de encuentro indicado en la actividad El tormento de Purullena que organiza la empresa Rutas Misteriosas. A las 22.00 horas del lunes comenzó esta experiencia que consistió en un paseo por las diferentes estancias acompañado de sesiones de psicofonías.
Según cuenta Javier a lavozdelsur.es, casi al final de la visita, cuando se encontraban en el patio descubriendo los diferentes aparatos usados, se percataron de que el técnico del Ayuntamiento al cargo del edificio histórico "cogió a sus amiguetes, seis o siete personas y se los llevó para arriba para enseñarle más rincones".
Además, asegura que una vez finalizada la ruta, avisó a la guía para que les acompañara. "Se la llevó para hacer psicofonías con sus amigos a sitios cerrados con llave", comenta. La pareja se quedó atónita al comprobar que este grupo iba a poder adentrarse en otras estancias que el resto se quedó sin ver.
"Habíamos pagado igual que ellos"
"Debería de haberlo compartido con los demás, que también habíamos pagado, teníamos el mismo derecho. Hicieron una sesión de psicofonías a la cual tampoco tuvimos la suerte de asistir aún habiendo pagado igual que los que entraron con él", detalla.
El hombre comenta que el trabajador llevó a sus conocidos delante de los demás asistentes sin discreción —unos cuatro grupos de diez personas—. "Lo hizo en toda nuestra cara, podría haber esperado, por lo menos, a que los demás nos hubiésemos ido, fue indignante", relata Javier que se acercó a las guías de la actividad para trasladarles lo ocurrido.
"Hubo favoritismo"
Según le contaron, la empresa nunca había entrado en esas habitaciones y no formaban parte del itinerario. El portuense ha querido dejar claro que "los organizadores no tienen nada que ver, nos trataron de lujo, se portaron muy bien y la explicación fue muy buena, fue todo perfecto". Él señala al empleado ajeno a la ruta que protagonizó un caso de "favoritismo".
Javier ha hecho pública su denuncia para transmitir su malestar con este tipo de escenas que ocurren a diario a distintas escalas. "Es una pena, aquello es digno de ver", añade.
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