La familia de un vecino de El Puerto ha presentado una denuncia por lo que consideran una presunta negligencia médica ocurrida el pasado mes de octubre en el Hospital Santa María del Puerto. Perdieron a un ser querido de 68 años hace una semana. Un desenlace fatal por el que están consternados.
Según comparte la familia con lavozdelsur.es, desde el 1 de octubre el vecino acudió en varias ocasiones a diferentes centros sanitarios de la provincia tras sentir un fuerte dolor en su pierna izquierda. “Continuaba con mucho dolor, la inflamación había ido a más y se notaba el gemelo y el muslo muy caliente”, detallan.
En su centro de salud, su médica de Atención Primaria solicitó su derivación hospitalaria para realizar pruebas complementarias ante la sospecha de una posible trombosis. Tal y como se observa en el parte médico, solicitaba la valoración de esta afección y una analítica de sangre con coagulación. Además, según añade la familia, le recomendó el ingreso hospitalario.

Los familiares del fallecido sostienen que, pese a esta recomendación, en el Hospital Santa María del Puerto al que fue remitido no se le habrían practicado las pruebas solicitadas. “Después de dos horas esperando, no querían, pese a que su pareja le suplicó varias veces al sanitario que lo ingresara porque lo veía muy mal”, traslada la familia, que añade que en el informe que les entregaron en el centro en ningún momento se hacía referencia a una posible trombosis.
El 20 de octubre, el portuense falleció en plena calle. La autopsia apunta como causa de la muerte una trombosis, según han informado los allegados, que han decidido poner los hechos en conocimiento de las autoridades competentes
La autopsia apunta como causa de la muerte una trombosis, según han informado los allegados, que han decidido poner los hechos en conocimiento de las autoridades competentes. “Se podría haber evitado si desde el viernes 17 por la tarde hubiese estado ingresado”, insisten.
Versión institucional
Fuentes del hospital consultadas por lavozdelsur.es indican que se ha iniciado una revisión interna del caso. Desde la dirección médica del centro y del Grupo Pascual, al que pertenece este centro hospitalario concertado, han manifestado que el facultativo actuó “de acuerdo con los protocolos clínicos establecidos conforme a la situación del paciente en ese momento”.
Por su parte, el Servicio Andaluz de Salud (SAS) ha señalado que mantiene la confidencialidad de los datos clínicos y que no puede pronunciarse sobre casos concretos en tanto exista una investigación en curso.
No es un caso aislado
Vecinos de El Puerto aseguran haber sufrido situaciones similares de incomprensión o falta de atención en servicios de urgencias, lo que ha incrementado la preocupación.
Una mujer ha compartido con este medio su experiencia. Según explica, hace unos años fue con su pareja a Urgencias al sufrir un dolor abdominal agudo en la espalda. "Después de dos horas entramos en consulta y le dijeron que tenía un cuadro de ansiedad. Mi pareja no podía ni mantenerse en pie y ya no le iban a mirar más", expone.
La mujer reconoce que se puso nerviosa y, en ese momento, una sanitaria que pasaba por allí se acercó para ver qué pasaba. "Al ver que mi pareja no podía ni andar, lo tumbó en una camilla, le palpó el estómago y lo mandó directo a hacerse un TAC. De allí, al quirófano. Tenía una perforación de estómago que casi le cuesta la vida", sostiene la familia, que interpuso la correspondiente reclamación.
Las fuentes sanitarias consultadas recuerdan que cada caso clínico es distinto y que cualquier valoración sobre actuaciones médicas debe basarse en pruebas técnicas y resoluciones judiciales. El asunto ha sido trasladado a la vía judicial y será la autoridad competente quien determine si existió o no una actuación médica negligente.
El medio recuerda que, conforme al principio de presunción de inocencia, la responsabilidad profesional no puede darse por acreditada sin resolución judicial firme.
Asimismo, este caso pone de relieve la importancia de los mecanismos de reclamación sanitaria y de la transparencia institucional en la gestión de posibles incidentes médicos, así como la necesidad de reforzar la confianza entre pacientes y profesionales sanitarios.


