El incendio del hotel de Tarifa: dos fallecidas y muchas incógnitas

El transformador que explotó, instalado en 1993, pasó todas las revisiones, según la Junta. Endesa asegura que se produjo una "deflagración fortuita". Los familiares de las víctimas piden responsabilidades

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Francisco, Esther, Juan Antonio, Francisco José, Daniel, Sara, Mariluz e Irene estaban cenando tranquilamente, poco antes de las ocho de la tarde del 5 de agosto, cuando se produjo la explosión. La mesa en la que tenían la comida de la que estaban dando buena cuenta estaba situada a pocos centímetros del transformador eléctrico que, aún no se sabe muy bien por qué, explosionó produciendo una deflagración que les produjo quemaduras en la mayor parte de sus cuerpos. Desde entonces todo fue caos y confusión para las familias. Los mensajes de WhatsApp se empezaron a suceder, avisando del suceso, por lo que empezaron a telefonear a los centros médicos de la comarca para saber dónde estaban sus seres queridos.

Hasta cuatro horas después, cerca de la una de la mañana, los familiares de Mariluz Morillo no supieron que la habían trasladado al Hospital Virgen del Rocío de Sevilla. “Estábamos desesperados”, cuenta Dolores, prima de ella y de Francisco, su hermano, que sigue ingresado en la Unidad de Quemados del centro hospitalario sevillano —junto a otros cinco afectados—, donde fue trasladado después de estar en un centro hospitalario de La Línea. “Lo que más te indigna es que nadie tiene la culpa”, comentan familiares, que critican las respuestas de la Junta de Andalucía y Endesa tras la tragedia.

Familiares de las víctimas: "Lo que más te indigna es que nadie tiene la culpa"

La hermana de Francisco, Mariluz, falleció apenas dos días después del suceso. Las palabras de uno de los médicos que la atendió fueron tajantes: “No puedo hacer nada por tu hija”, le dijo a una madre que, tras la pérdida de Mariluz y el grave estado en el que se encuentra Francisco, tendrá que traspasar el negocio que regenta para poder prestarle los cuidados que necesita. Es lo que quieren visibilizar los familiares, las consecuencias de un suceso del que nadie se hace responsable y que tiene consecuencias nefastas para los afectados y sus familiares.

“El futuro de los vivos será complicado, si podrán volver a trabajar o no, en qué condiciones…”, señala Dolores, que no está muy contenta con la actuación del hotel para el que trabajaban sus primos y los otros afectados por la deflagración del transformador. “Al principio ni se manifestó, nadie está preparado para afrontar una situación así, pero ha faltado humanidad”, sostiene, al tiempo que agrega que “no han estado a la altura de las circunstancias”. Un familiar de otra de las víctimas piensa de la misma manera y critica que el hotel, la mañana siguiente del incendio, diera servicio de desayuno a sus clientes, cuando podía haberlos derivado a otro establecimiento. Además, según cuentan, les han preguntado a otros empleados que no sufrieron secuelas si están dispuestos a trabajar porque los que quedan están “haciendo un esfuerzo doble”. Uno de ellos es David Fernández, hermano de Francisco José, que llegó al hotel diez minutos más tarde de la explosión, y que aún sigue en tratamiento psicológico por lo que vio aquel día.

La segunda víctima mortal del suceso, Sara Ojeda, después de luchar hasta la extenuación, dejó de respirar en torno a las siete de la tarde del 9 de agosto. Mariluz, ingeniera informática, exponía su Trabajo Fin de Grado (TFG) en septiembre, tras lo que pensaba quedarse a vivir en Sevilla con Sara, ya que además de ser compañeras eran buenas amigas, para buscar trabajo juntas. Francisco José Fernández ha estudiado ADE (Administración y Dirección de Empresas) y un máster, y dedicaba los veranos a trabajar en el hotel 100% Fun, aunque también servía copas en un conocido local de Tarifa, por lo que era muy conocido en el mundo de la noche, que se ha volcado con las familias de las víctimas, a las que apoyan económicamente de forma anónima.

Los familiares de los trabajadores se quejan de que, desde el hotel, no hayan querido sufragar gastos a los allegados de las víctimas, algo que no ha podido ser contrastado por este medio porque desde 100% Fun no han querido hacer declaraciones. Los heridos, que presentan quemaduras entre el 30 y el 60% de sus cuerpos, evolucionan lenta pero favorablemente, según apuntan fuentes familiares, tras haber sido sometidos a varias intervenciones quirúrgicas, por lo que a algunos se les está disminuyendo la sedación, y otros han abandonado la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Virgen del Rocío de Sevilla. Una de las afectadas, Irene Rodríguez, recibió el alta, pero ha tenido que ser ingresada en un centro hospitalario del Campo de Gibraltar.

Endesa asegura que las primeras investigaciones "confirman que la evolución del incidente no se corresponde con la esperable ante un fallo eléctrico"

¿Y qué dice el hotel? La dirección evita hacer declaraciones a los medios y, en un comunicado remitido hace unos días, asegura que “no es responsable de dicha instalación ni de su inspección, seguridad y mantenimiento que, en su opinión, corresponde exclusivamente de su propietario, Endesa”. 100% Fun considera que este tipo de instalaciones “deberían tener algún elemento de alarma que avisara en caso de cualquier anomalía que pudiera producir una tragedia como la que ha acontecido”, por lo que espera que “las autoridades competentes comprueben el seguimiento que Endesa hacía a este transformador y se depuren responsabilidades para aclarar este fatal accidente que ha afectado a nuestro personal y llena de pesar a todos los tarifeños”.

La compañía eléctrica, tras inspeccionar el transformador, apunta que las primeras investigaciones “confirman que la evolución del incidente no se corresponde con la esperable ante un fallo eléctrico”, sino a una “deflagración excepcional y fortuita”. Endesa señala que la instalación “se encontraba en normal estado de funcionamiento, a la mitad de su vida útil, con todas las revisiones reglamentarias realizadas y cumpliendo la normativa vigente”. Las explicaciones no convencen a los familiares de los trabajadores que, el pasado 17 de agosto, casi dos semanas después del incendio, convocaron una concentración —se habla de más de 1.500 asistentes—, en recuerdo de las dos fallecidas y de los heridos, queriendo manifestar así su disconformidad con las versiones “oficiales”, y asegurando que harán todo lo posible para que se conozcan las causas del incidente y se depuren responsabilidades.

CCOO y UGT también han convocado otra manifestación para el 31 de agosto —a partir de las 11:00 horas con salida desde la plaza Juan de Lima de Algeciras—. Los sindicatos han enviado una denuncia a la Inspección de Trabajo porque entienden que hubo falta de "medidas de seguridad e incumplimiento del reglamento industrial" por parte del hotel. La instalación, de 1993, tiene una potencia aparente de 100 KVA, con los que suministra a más de una docena de hoteles, según apuntan fuentes de la localidad, para lo que haría falta un transformador de unos 150 KVA, y por eso señalan a la sobrecarga de tensión como una de las posibles causas de la deflagración —que se está investigando—, para lo que habría que conocer el número de abonados a los que suministraba el transformador y los watios de cada contrato.

La Junta de Andalucía, por su parte, asegura que “ha certificado que el centro de transformación de Endesa ubicado en las instalaciones del hotel tarifeño contaba con la documentación reglamentaria obligatoria tanto para su puesta en servicio —el 11 de noviembre de 1993— como en lo relativo a las posteriores revisiones periódicas obligatorias, la última de las cuales se realizó en la fecha del 29 de julio de 2015”. La delegada territorial de Industria e Innovación, Gema Pérez, señala que no constan denuncias contra el hotel en lo relativo a la prevención de riesgos laborales ni constan deficiencias al respecto.

Pero los allegados los empleados se hacen muchas preguntas: “¿Estaba estipulado en la relación de riesgos laborales que los trabajadores pudieran comer al lado del transformador? ¿Quién da la licencia para que la cocina esté junto al transformador?” En una reciente reunión con la delegada territorial de Industria e Innovación, Gema Pérez, los familiares le piden que se actúe con “celeridad y total imparcialidad en las investigaciones que se desarrollan para el esclarecimiento de los hechos”, como informa el diario digital Tarifa al Día, que señala que la administración autonómica no descarta ninguna hipótesis sobre el origen de los hechos.

Después del suceso, los hosteleros de Tarifa desconfían de otros transformadores que hay distribuidos por la ciudad, por lo que desde la Asociación Gastronómica de Tarifa y la asociación de empresarios local piden a Endesa que lleve a cabo una revisión y actualización de todas sus instalaciones en el municipio tarifeño, que en la época estival multiplica su población y, por tanto, su demanda energética, por lo que le piden que sea capaz de garantizar el suministro. Además de Francisco Morillo, Francisco José Fernández e Irene Rodríguez, también permanecen hospitalizados Esther Álvarez, Juan Antonio Puerto y Daniel Domínguez, por lo que desde la asociación Cáritas Tarifa se ha habilitado un número de cuenta para recaudar fondos para los gastos a los que deben hacer frente los familiares —comida, alojamiento o abogados—: ES94 2100 4796 1002 0019 1344.

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