El presidente del Consorcio de Aguas de la Zona Gaditana (CAZG), Jorge Rodríguez, se ha reunido con el alcalde de Arcos de la Frontera, Isidoro Gambín, para presentarle el proyecto técnico que han redactado técnicos del CAZG para poner en marcha una infraestructura hídrica que solucione los problemas de abastecimiento de agua y los problemas derivados de la extracción de dos acuíferos que provocan una gran turbidez del agua para consumo humano, además de mucho sólido en suspensión, lo que provoca mal sabor y que, prácticamente, vecinos de este municipio y, especialmente, de Villamartín no beban agua del grifo.
Ante esta situación, la infraestructura necesaria para elevar el abastecimiento de CAZG a estos municipios requiere de una inversión de 32 millones de euros, por lo que tanto el presidente del Consorcio como el máximo responsable municipal de Arcos, consorciado en el CAZG, han pedido “sensibilidad e implicación a la Junta de Andalucía para abordar un proyecto urgente y necesario”.
"Hasta hoy las instalaciones llegan hasta Jédula, que depende de Arcos, y el CAZG ha hecho frente a este proyecto; nos comprometimos a redactar el proyecto técnico para elevar las infraestructuras del CAZG a Arcos, y también se ha cumplido, por lo que ahora solicitamos la implicación de la Junta”. En este sentido, Rodríguez recuerda que la Administración autonómica “lleva años sin ejecutar cientos de millones de euros recaudados a través de los cánones de infraestructura y, desde los orígenes del Consorcio, ha venido incumpliendo el protocolo que firmó cuando se creó dicho ente; en ese protocolo es donde se comprometía a hacer inversiones por el decreto de transferencias por las infraestructuras que estaban, muchas de ellas en estado crítico”.
“Hemos depositado, o vamos a depositar este proyecto, en varios municipios de la provincia de Cádiz y en la Sierra: Arcos, Bornos, Espera y Villamartín, esperando que entre la Junta y esos municipios podamos solucionar de alguna forma gran parte de los problemas que tienen con los acuíferos, con especial incidencia en Arcos y Villamartín”, afirma. En Arcos, agrega el presidente del CAZG, “por la turbidez del agua; y en Villamartín, por las condiciones organolépticas, que hacen que el agua tenga un sabor extraño y que los habitantes del municipio prácticamente no beban agua del grifo”.
Rodríguez ha recordado que el caso de Arcos “es una situación muy compleja y desde el CAZG queremos ayudar al municipio y a su Ayuntamiento a solucionar este problema de calado, ya que no tienen ninguna otra alternativa de aguas. Es un municipio con 30.000 habitantes con un acuífero que está generando los problemas que comentamos. A ello le añadimos la sequía, problemas importantes que no debemos perder en el horizonte. La situación de los acuíferos, por cuestiones ambientales, y la peligrosidad por la sequía, y los desplomes y derrumbes que se producen al bajar el nivel freático, es una cuestión que hay que abordar, antes de que se produzca un colapso”. Eso, añade, “sin dejar de lado las condiciones químicas del agua para el consumo humano”.
Por todo lo anterior, manifiesta, “esperamos que la Junta haga caso a esta petición que hacemos desde el CAZG, yo como presidente y en nombre de nuestro socio el Ayuntamiento de Arcos. Esperamos que la Junta busque los recursos suficientes para un problema que tiene solución con voluntad política”. "Mostramos nuestra predisposición total y absoluta para la colaboración conjunta, pero está claro como el agua, nunca mejor dicho, que la Junta tiene que velar por el interés general y no actuar cuando los problemas ya no tienen solución. Por ello, rogamos que cojan esta mano tendida e intervengan cuanto antes”, zanja el presidente del ente supramunicipal, Jorge Rodríguez.
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