Chiclana "engancha" a un madrileño que vende ropa de mujer y estudia pirámides egipcias

Marcos Campos, de 42 años, cambió su vida por completo tras enamorarse de una ciudad que le ha atrapado hasta convertirle en un nuevo vecino con su propio negocio de barrio, una tienda de ropa de mujer llamada Bambina

El madrileño Marcos Campos en el interior de la tienda Bambina en Chiclana.
El madrileño Marcos Campos en el interior de la tienda Bambina en Chiclana.

El cielo está nublado y chispea. El gris del exterior nada tiene que ver con el colorido de una tienda cuyo escaparate llama la atención, y más en un día otoñal. En la puerta un maniquí da la bienvenida a las personas que se han sentido atraídas por la nueva propuesta de Marcos Campos Blazquez, un madrileño de 42 años nacido en Móstoles que acaba de aterrizar en Chiclana.

En 2002 se enamoró de esta ciudad gaditana donde resuena el mar, el vino y la sal. Desde que pisó tierra chiclanera, su magnetismo le atrapó. Marcos quedó rápidamente prendado de los encantos de la localidad que se convirtió en su destino vacacional favorito. “Llevo viniendo muchos años, incluso dos y tres veces y llegó un momento en el que dije, quiero estar aquí”, comenta a lavozdelzur.es mientras atiende a una clienta.

El madrileño Marcos ordena los artículos de la tienda.
El madrileño Marcos ordena los artículos de la tienda.  ESTEBAN

Para cumplir su deseo, debía buscar un medio para subsistir en el sur. “El tema laboral aquí es complejo y vi la oportunidad para emprender”, dice. Su kimono con estampados orientales se mueve al ritmo de los pasos de este madrileño que dejó su vida en la capital, donde trabajaba para una multimarca de calzado.

Desde los 14 años lleva empapándose del mundo del comercio donde siempre ha encontrado un hueco laboral. Al mismo tiempo que perfeccionaba su inglés y se formaba en la Cámara de Comercio de Madrid, se encargaba de la dirección de tiendas de moda, desde deportiva hasta más casual. “Algunas eran grandes superficies de 1.000 metros cuadrados y otras de 200, estaba dirigiendo la plantilla o el escaparatismo”, recuerda Marcos, que trabajó para Adolfo Domínguez o Puma.

Con el tiempo, realizó varias formaciones, entre ellas un MBA y ganó experiencia en un sector en el que continúa. Nunca había salido de Madrid hasta que tomó la decisión de mudarse para inagurar una tienda que compagina con su inquietud cultural. Marcos tiene sed de conocimiento, disfruta aprendiendo y, por ello, actualmente, entre blusas y bolsos, estudia un máster de Historia del arte y realiza un curso online de pirámides egipcias por Harvard. “No paro, para mí es entretenido hacer estos estudios a distancia. Uno de mis profes es comisario del Museo del Prado”, comenta.

Marcos posa frente a un espejo en la tienda de Chiclana.
Marcos posa frente a un espejo en la tienda de Chiclana.   ESTEBAN

El 15 de agosto de este año recogió sus bártulos y llegó a Chiclana -”ya me había bajado seis veces”- para preparar el local que echó a andar el día 26. Se vino, “solo, a lo loco, si hemos venido a jugar, jugamos” y emprendió una nueva travesía en la ciudad que conocía al dedillo. “Chiclana engancha”, dice otra clienta que no ha podido evitar escuchar la historia del madrileño.

"Es rosa por culpa de Varry Brava"

A su aventura la ha bautizado Bambina, por el cantante Bambino. Al maniquí Thalía, por la artista mexicana y las paredes las pintó de color rosa “por culpa de Varry Brava soy superfanático”. Marco se inspiró en sus gustos musicales para dar vida a este local que intenta que sea “una bombonera”, atractiva a la vista.

En sus perchas cuelgan vestidos, pantalones, faldas, camisas o kimonos de mujer junto a complementos como bolsos, bufandas o kimonos. “Son multimarca, traemos muy pocas prendas de cada proveedor para que la gente no repita y todas las semanas recibimos ropa nueva”, explica.

El madrileño atiende a una clienta.
El madrileño atiende a una clienta.    ESTEBAN

El madrileño propone prendas “muy accesibles y ropa poco estructurada, muy de me lo echo por encima, como lo que llevo puesto”. Además de apostar por artículos “ponibles” no busca que su oferta suponga un estropicio en el sueldo del mes, por ello, las etiquetas no marcan más de 30 euros.

"Hay prendas ponibles y accesibles"

Para facilitar las visitas a su tienda, también paga el parking de las personas que realicen alguna compra. Desde hace unos dos meses, Bambina se sitúa en pleno centro, en el número 17 de la Alameda del río, donde a veces resulta complicado encontrar un aparcamiento libre. Una zona que a Marcos le gustó por su cercanía al río Iro, emblema chiclanero, y por los planes que el gobierno local tiene previsto llevar a cabo.

“Van a reformar toda la Alameda del río. Aunque vamos a pasar la obra un poquito apurados, creo que va a ser una inversión. Creo que el proyecto empresarial que tiene la ciudad de cara al futuro va a ser muy positivo”, sostiene. El emprendedor se refiere a la reurbanización para la que el Ayuntamiento destinará casi 2,5 millones de euros. Una iniciativa que contempla zonas infantiles, peatonalización y otros cambios para mejorar a cohesión social del centro de Chiclana.

Marcos en la entrada de la tienda ubicada en la Alameda del Río.
Marcos en la entrada de la tienda ubicada en la Alameda del Río.   ESTEBAN

Las nuevas caras en el municipio siempre generar curiosidad. Marcos lo ha experimentado en sus carnes ya que, desde que abrió, asegura que “la acogida está siendo muy buena” y está “encantado” con el comercio de proximidad, de tú a tú.

“En Madrid hay más flujo de clientes en las tiendas, pero no tratas tan bien con ellos. Aquí viene una señora y te invita a un bizcocho o viene otra y te regala un rosario y te deja su teléfono por si necesitas algo”, cuenta con una sonrisa de oreja a oreja. A Marcos se le nota a gusto entre chiclaneros y no se arrepiente del giro que ha dado a su vida, que “mola un montón” y es “muy tranquila” desde que abandonó el bullicio de la capital.

Sobre el autor:

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Patricia Merello

Titulada en Doble Grado en Periodismo y Comunicación audiovisual por la Universidad de Sevilla y máster en Periodismo Multimedia por la Universidad Complutense de Madrid. Mis primeras idas y venidas a la redacción comenzaron como becaria en el Diario de Cádiz. En Sevilla, fui redactora de la revista digital de la Fundación Audiovisual de Andalucía y en el blog de la ONGD Tetoca Actuar, mientras que en Madrid aprendí en el departamento de televisión de la Agencia EFE. Al regresar, hice piezas para Onda Cádiz, estuve en la Agencia EFE de Sevilla y elaboré algún que otro informativo en Radio Puerto. He publicado el libro de investigación 'La huella del esperanto en los medios periodísticos', tema que también he plasmado en una revista académica, en un reportaje multimedia y en un blog. 

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