La pobreza estructural se mantiene como una realidad inalterable para miles de personas en la costa gaditana. Cáritas Diocesana de Asidonia-Jerez ha dado a conocer el balance de su acción social en 2024, donde destaca el acompañamiento a 3.060 personas en las poblaciones costeras de la Diócesis y la atención a 5.521 peticiones de ayuda, en un contexto marcado por la dificultad para acceder a una vivienda digna y el deterioro del empleo como garantía de bienestar.
Durante la presentación de la campaña de Caridad bajo el lema “Mientras haya personas, hay ESPERANZA”, la entidad denunció que la situación actual impide que muchas personas puedan acceder a condiciones de vida mínimamente estables. “El empleo no es suficiente para asegurar unas condiciones de vida dignas”, aseguró Eugenio Sánchez Salas, director de Cáritas, que también señaló la vivienda como uno de los grandes desafíos. “Para las personas que acogemos, la compra es imposible y el alquiler muy difícil”, añadió.
Los principales problemas señalados son la escasez de alquileres de larga duración, la ausencia de vivienda social, la desconfianza ante perfiles vulnerables, la infravivienda y el aumento de alquileres turísticos, una situación que se agrava especialmente en los municipios de costa como El Puerto de Santa María, Rota, Chipiona, Sanlúcar de Barrameda y Trebujena.
Más mujeres, más mayores y más hogares con hijos
El perfil de las personas atendidas en estas localidades muestra una mayoría de mujeres (72%), de nacionalidad española (83%), de entre 45 y 64 años (49%) y que pertenecen a hogares compuestos por parejas con hijos (33%). En comparación con el resto de la Diócesis, aumenta el número de personas españolas y mayores en las zonas costeras.
Las ayudas abarcaron ámbitos como alimentación, ropa, empleo, salud y vivienda, con una atención especialmente prolongada debido a la complejidad de las situaciones. Esto implica también un alto coste económico, al requerir intervenciones sostenidas en el tiempo.
20.673 personas atendidas en toda la Diócesis
En el conjunto de la Diócesis —que incluye Jerez, costa y sierra— Cáritas atendió en 2024 a 20.673 personas y respondió a un total de 29.966 peticiones de ayuda. Más del 64% de estas solicitudes fueron de carácter básico, mientras que otras se centraron en empleo, formación, apoyo educativo, salud y vivienda.
Para hacer posible esta labor, la organización contó con el apoyo de 661 personas voluntarias, 1.069 socios y donantes y 140 empresas colaboradoras. La inversión total ascendió a 3.131.655,20 euros, siendo la mayor parte destinada a cubrir necesidades básicas (43%).
Empleo, economía social y reciclaje textil
La apuesta de Cáritas por el empleo se tradujo en 771 acciones, un 52% más que el año anterior, lo que permitió alcanzar una inserción laboral del 27% de las personas acompañadas. Además, la entidad promovió proyectos de continuidadcentrados en colectivos vulnerables: 211 mujeres, 52 mayores y personas con discapacidad, 228 menores y 97 personas sin hogar.
En el ámbito de la economía social, la empresa de inserción Casa Común S.L.U. generó 24 contratos y gestionó varias iniciativas: un taller de restauración, una nave de tratamiento textil, tres tiendas Moda re- y una tienda Devuelta. Solo en reciclaje textil, se recogieron 379 toneladas de ropa y se dieron una segunda vida a 26.612 prendas, con la participación de la marca de suprarreciclaje Fantoche.
La pobreza no desaparece con la bonanza
El delegado episcopal de Cáritas, Diego Vidal Ros, fue el encargado de abrir el acto y alertó sobre la desconexión entre los ciclos económicos y las condiciones reales de vida de muchas personas. “Los periodos de bonanza económica no se reflejan en la mejora sustancial de estas vidas”, recalcó.
En esta línea, se destacó también el impacto de la dana en algunas zonas de la Diócesis y cómo la respuesta de Cáritas fue inmediata, gracias al trabajo conjunto de sus equipos y la implicación ciudadana a través de campañas de emergencia.
Cáritas insiste en que su acción busca el desarrollo integral de las personas, su autonomía, autoestima e inserción laboral, con un enfoque centrado siempre en la dignidad humana.