Cabo Palo, la marca portuense más solidaria: "Queremos transmitir el concepto de ser luz"

Una explosión de creatividad y una dosis de alma han hecho falta para sacar adelante la marca textil Cabo Palo. Un proyecto que ha visto la luz gracias al entusiasmo de Beatriz Armillas y Lucía Zarzuela, dos jóvenes emprendedoras que buscan crear una comunidad más allá de la marca.

“Surge por la idea de querer materializar una red de personas que hace que el mundo funcione porque son los que aportan la energía a través de sus buenas acciones”, explica Beatriz, estudiante de Diseño Industrial y Mecánica que siempre encuentra un hueco para sacar su lado más polifacético.

Cabo Palo, además de ofrecer prendas con estilo “informal, casual y sport”, es una forma de "entender el mundo y formar parte de él”, comenta la también cantautora portuense, que resalta que la palabra Cabo representa “cómo se va formado la red, que es atando cabos, y ese sentimiento de crear una comunidad”.

Sudaderas de la colección 'Grafitti'. FOTO: MANU GARCÍA

Un faro iluminado acabado en espiral conforma su logotipo, todo un reflejo de la filosofía que persigue la marca. “Queremos transmitir el concepto de ser luz y guía, guiar a los demás con tus propias acciones”, señalan. Y para ello, aplican de forma manual pintura fosforescente en el faro del logotipo con el fin de que cada prenda brille en la oscuridad.

Con un toque original, las jóvenes ofrecen camisetas y sudaderas llevando siempre la comodidad por bandera. Actualmente cuentan con tres colecciones en venta totalmente personalizables en la selección de los colores. “En la primera se estampa el logotipo tanto por detrás como por delante, la segunda se llama Grafitti y es más de estilo urbano, con un garabato, y la última son sudaderas con cremalleras con el logo bordado”, apunta Beatriz.

Desde sus casas, las jóvenes preparan los pedidos de una forma muy personal incluyendo mensajes de agradecimiento a los clientes en el interior. "Cuidamos muchísimo todos los detalles, nos encanta", comenta Lucía, estudiante de Psicología. “Nos gusta mucho que todo tenga un sentido y sea coherente, siempre nos dicen que el propio packaging está muy currado”, expresan Beatriz y Lucía, que realizan las entregas en mano por toda la provincia de Cádiz, además de envíos nacionales.

Beatriz y Lucía durante la entrevista. FOTO: MANU GARCÍA

Más allá de la venta, lo que les mueve es crear contenidos que inspiren a los jóvenes, su público objetivo, y difundirlos a través de las redes sociales, que son “determinantes para el desarrollo de Cabo Palo”. A través de sus perfiles en Instagram, Facebook y YouTube, “podemos transmitir nuestro mensaje, es la vía para llegar a ellos”, sostiene Beatriz.

La mayor parte de esos contenidos son vídeos . A las chicas les encanta el mundo audiovisual, un valor añadido que requiere de mucho trabajo. "Queremos conseguir ese sentimiento de comunidad generando una identidad que se forma a través de los valores que se transmiten a través de los vídeos, con los que los usuarios se pueden sentir identificados y querer formar parte de esto, o no”, manifiestan. “Que al verlos te entren ganas de ser parte de esto y quieras estar en ese momento y en ese lugar", añade Lucía.

Con Cabo Palo las emprendedoras quieren comunicar la idea de que se puede “transformar el mundo en el que vives a través de pequeñas acciones, atar cabos, ver la belleza de lo cotidiano o los pequeños detalles que podemos tener con los demás”. Y no solo lo promueven, sino que lo llevan a cabo ya que el 25% de los beneficios de esta marca van destinados a distintas causas solidarias. “Colaboramos con proyectos a nivel local, pensamos que podemos aportar algo”, afirman.

La marca portuense ha participado en el proyecto Hospital 3D coordinado por el Hospital Universitario Puerta del Mar, el Virgen del Rocío, y la UCA con el objetivo de utilizar impresión 3D para prótesis infantiles. Para recaudar financiación, “ayudamos a desarrollar un concierto benéfico el verano pasado”, recuerdan las jóvenes. A su vez, también han aportado su granito de arena a la Asociación de Familiares de Enfermos de Alzheimer de El Puerto mediante la preparación de una exposición de pintura.

Después de haber paralizado su actividad durante el estado de alarma, ahora, Beatriz y Lucía continúan pensando en nuevas iniciativas para seguir ayudando a los demás a través de proyectos locales poco conocidos. “Aún queda mucho por hacer”, aseguran.