El accidente de la playa de Getares, en Algeciras, en la que falleció un niño arrollado por una narcolancha, de las conocidas como "gomas", ha alertado, aún más, a los agentes policiales ante la tensión generada entre dos clanes involucrados en este incidente. Por ello, se ha predispuesto un mayor control policial tanto en la localidad algecireña como en la comarca del Campo de Gibraltar. El comisario de Algeciras, Luis Esteban, en declaraciones a Onda Cero recogidas por Europa Press, ha reconocido que "se ha hecho una labor de mediación y espero que reine el sentido común de los ciudadanos". En ese sentido, ha recordado que la muerte del pequeño Manuel fue "una imprudencia", si bien la lancha fue requisada hace una semanas por abastecer, con gasolinas, a las que trafican con hachís.
Asimismo, se ha confirmado que hay dos clanes muy conocidos en la zona relacionados con el suceso y de los dos ocupantes de la neumática uno ya ha quedado en libertad y el otro pasará este jueves a disposición judicial. Fuentes policiales han confirmado a Europa Press que "se están efectuando controles y hay presencia policial en zonas determinadas para evitar que la tensión vaya a más", en ese ámbito las citadas fuentes también admiten que uno de los abogados defensores "también está colaborando mucho en la labor de calmar los ánimos".
Por otra parte, la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE) ha condenado la agresión sufrida por un equipo de televisión que había acudido a grabar al tanatorio donde se encontraban los restos del niño fallecido en el accidente acaecido en la playa de Getares en Algeciras (Cádiz). Según indica la FAPE en un comunicado, el equipo de Mediaset fue recibido en la calle "con lanzamiento de piedras por algunos de los presentes en el velatorio", que se encontraban fuera del tanatorio, por lo que "se situó a unos 150 metros de distancia, incluso separados por una carretera nacional, pero no pudieron captar ningún tipo de imágenes porque la tensión creció cuando uno de los reporteros sacó la cámara y el trípode del maletero".
En ese momento, "esas personas les siguieron lanzando piedras a los periodistas y les zarandearon el vehículo, cuya carrocería quedó con visibles muestras de lo sucedido, como la luna trasera rota y un lateral destrozado", han censurado desde la FAPE, que han apuntado que "ante esta situación, para evitar que se agravara la situación, los periodistas optaron por abandonar el lugar con rapidez".
Para la asociación profesional, "este tipo de comportamientos contra los periodistas que van a desarrollar su trabajo, desgraciadamente cada vez menos aislados, son rechazables de plano por cuanto se recurre a la violencia para tratar de coartar el derecho a la información, además en plena vía pública, presionándoles para que no ejerzan su trabajo".
Por este motivo, desde la FAPE han pedido a las autoridades "que garanticen el trabajo de los periodistas y tomen medidas para que no se registren casos similares que atentan contra los derechos fundamentales de los ciudadanos a una información veraz".
