La socialista Soraya García, exalcaldesa de Benaoján (Málaga) entre 2007 y 2009 y entre 2015 y 2023, hizo público que fue víctima de una violación cometida por un hombre que entonces formaba parte de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y que, con los años, llegó a militar en Vox. Según explicó, en la actualidad esta persona se encuentra en otro partido político que no pertenece ni al PP ni al PSOE, un dato que quiso subrayar para enmarcar su denuncia fuera del ámbito partidista.
El testimonio de García, hoy integrante de la dirección del PSOE de Málaga, salió a la luz durante una intervención en Cope en la que fue cuestionada por la reciente denuncia presentada por una militante socialista contra el exlíder del PSOE en Torremolinos, Antonio Navarro. Su intervención buscaba situar su experiencia en un marco más amplio, resaltando los obstáculos que enfrentan las víctimas de violencia sexual cuando deciden denunciar, especialmente en entornos donde existe exposición pública y presión social.
Una agresión silenciada durante años
La exalcaldesa relató que los hechos ocurrieron en 2006, meses antes de encabezar la lista socialista a las elecciones municipales de 2007. Explicó que no denunció por miedo a enfrentarse a lo que describió como un “juicio social”, una decisión que hoy lamenta profundamente y que considera un error motivado por la presión del momento. Según señaló, la agresión se produjo en un contexto en el que debía sentirse protegida, y afirmó que nunca imaginó que “una persona que tenía que defenderme me hiciera esto”.
Dos años después del ataque, se inició una investigación interna que concluyó con la expulsión del agresor del cuerpo de seguridad. García aseguró que “el hombre fue apartado del cuerpo, pero no por estos hechos, sino que le dieron una salida digna para que aquello no trascendiera”, un gesto que considera una forma de encubrimiento institucional. Añadió que, desde hace tres años, se encuentra en tratamiento psicológico tras saber que su presunto agresor estaba participando activamente en política en la Serranía de Ronda.
La dirigente socialista decidió no revelar la identidad del hombre. Aclaró que su silencio no responde a falta de determinación, sino a una cuestión de protección hacia terceros: “No digo su nombre, no porque no tenga valentía, sino porque esa persona tiene familia, una exmujer e hijas, y no quiero que su familia sufra por lo que no tiene que sufrir. Me lo callo por proteger a esas personas”.


