La madre de una niña de siete años ha denunciado que su hija lleva meses sufriendo violencia escolar en un colegio de Marbella, Málaga. El último episodio, un empujón que terminó con una fractura nasal y una operación de urgencia, ha sido, según afirma, “el punto de no retorno”. El centro, sostiene la familia, defiende que se trató de un accidente, una versión que Mariluz, madre de la menor, rechaza de plano: “Mi hija no se rompió la nariz jugando, la empujaron”.
La pequeña fue intervenida el pasado martes tras el golpe sufrido un día antes, cuando salía del comedor escolar. Según relata su madre, una compañera la empujó por la espalda sin que tuviera tiempo de reaccionar. La niña cayó de bruces contra el suelo y sufrió una fractura nasal desplazada. Mariluz asegura que fue el propio colegio quien la llamó para recoger a su hija, “llena de sangre”, y critica que no se llamara a una ambulancia pese a la gravedad de las heridas.
Denuncias de acoso prolongado y falta de actuación del centro
Según la madre, la situación de acoso se arrastra desde el curso pasado. Afirma que su hija ha sido blanco de burlas e insultos constantes –como “gorda fea” o “panchita”– y que en varias ocasiones llegó a casa con heridas visibles. Mariluz lamenta no haber denunciado antes, aunque recuerda que su hija mayor avisó a una profesora de que la situación “se estaba yendo de las manos”. Pese a que el colegio alertó por el alto número de faltas de asistencia, asegura que nadie se interesó por el motivo real de la negativa de la niña a acudir a clase.
La madre, de origen colombiano, explica que el acoso comenzó mucho antes de la agresión física. “Se metían con su acento, con su físico, le tiraban del pelo”, relata. Asegura que incluso una profesora llegó a decirle que su hija no sabía leer, cuando “lo que no quería era salir a la pizarra porque se reían de ella”. Los episodios de humillación y rechazo se fueron acumulando hasta que, esta semana, derivaron en una agresión con consecuencias médicas graves.
El día del suceso, el centro educativo comunicó a la familia que se había producido un “incidente”. Como Mariluz no podía ausentarse del trabajo, fue el padre quien acudió al colegio. “La niña estaba llorando y completamente ensangrentada”, recuerda la madre. Según su versión, el colegio insistió en que se trató de un accidente, pero ella sostiene lo contrario: “Para romperse la nariz así, alguien tuvo que empujarla con fuerza y sin opción a la defensa”.
Tras la operación, la familia exige responsabilidades y asegura que presentará una reclamación formal al centro. De momento, la madre desconoce si se ha activado el protocolo de acoso escolar, aunque la Junta de Andalucía ha confirmado que ya se ha abierto una investigación. Mariluz, todavía conmocionada, insiste en que el colegio minimizó la gravedad del caso: “Me dijeron que no me preocupara, que no volvería a pasar, pero ¿y si la caída hubiera sido peor?”.
